Familia, iglesia doméstica, como vivir y educar cristianamente
El pilar fundamental de la sociedad es la familia, y la iglesia reconoce que por medio de ella se debe de formar y educar son los pilares que sostendrán no sólo a la sociedad sino a la iglesia misma, observemos lo que nos dice el catecismo sobre ellos:
# 1656: En nuestros días, en un mundo frecuentemente extraño e incluso hostil a la fe, las familias creyentes tienen una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora. Por eso el Concilio Vaticano II llama a la familia, con una antigua expresión, «Ecclesia domestica» (LG 11; cf. FC 21). En el seno de la familia, «los padres han de ser para sus hijos los primeros anunciadores de la fe con su palabra y con su ejemplo, y han de fomentar la vocación personal de cada uno y, con especial cuidado, la vocación a la vida consagrada» (LG 11).
#1657: Aquí es donde se ejercita de manera privilegiada el sacerdocio bautismal del padre de familia, de la madre, de los hijos, de todos los miembros de la familia, «en la recepción de los sacramentos, en la oración y en la acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la renuncia y el amor que se traduce en obras» (LG 10). El hogar es así la primera escuela de vida cristiana y «escuela del más rico humanismo» (GS 52,1). Aquí se aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el culto divino por medio de la oración y la ofrenda de su vida.
Tomando como punto de partida lo anterior debemos de esbozar algunos pilares que como padres nos deben de servir como una guía para poder llevar a cabo esta función a la que la iglesia nos invita, teniendo en cuenta que algunos de estos pasos son indispensables para la buena formación y educación cristiana que debemos inculcarles a nuestros hijos.
1. Tiempo
Una de las excusas más comunes qué ponemos como padres para no formar a nuestros hijos es que el tiempo no alcanza, pero luego nos andamos quejando de que los hijos no están haciendo las cosas de acuerdo a cómo se les indicó, para ello podemos ver lo que el pueblo judío tenía en cuenta.
Que estas palabras que yo te dicto hoy estén en tu corazón. Las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés sentado en casa y al ir de camino, al acostarte y al levantarte. (Deuteronomio 6,6-7)
Podemos observar claramente que el pueblo judío tenía que transmitir cada una de las palabras que Dios había dictado, deben de ser transmitidas a los hijos para que de esa manera puedan seguir lo que Dios tiene planeado para cada uno de ellos.
En este sentido, también nosotros debemos de comenzar a formar a nuestros hijos, por medio de la transmisión que nosotros hagamos de lo que Dios nos ha revelado a cada uno, claro está, que para poder hacer esto necesitamos un tiempo prudencial de formación y educación hacia nuestros hijos y debemos de hacerlo con amor y caridad ya que si no lo hacemos nosotros otras personas ajenas a la religión se encargarán de educarlos y luego estaremos nosotros lamentándonos de ese tiempo perdido.
2. Comunicación.
Otro punto a tener en cuenta dentro de la formación cristiana de nuestros hijos, y es que tiene que haber realmente una comunicación que permita que cada uno de los elementos que forman parte de un diálogo tienen el tiempo suficiente para poder enumerar sus necesidades, ya que si estás no se conocen no se puede entablar un diálogo, si solamente los padres son los únicos que se comunican o hablan esto se convierte en un monólogo y no es en sí un diálogo, debemos de considerar que se debe de escuchar a los hijos, cuáles son sus dudas y cuáles son sus necesidades para que de esta manera ellos se sientan integrados a la familia. Lamentablemente en algunas ocasiones en lugar de poder entablar una comunicación se comienza con enojo con furia que lo único que logran es que los hijos no escuchen y de esta manera no se está logrando una verdadera formación en ellos.
La escritura nos irá formando y nos dirá cómo debemos de nosotros comportarnos incluso durante la forma en la cual tenemos que conversar con nuestros hijos en algunas ocasiones realmente necesitamos mucha paciencia para conversar con ellos debido a que muchas veces nosotros estaremos hablando un lenguaje muy distinto de lo que ellos. Nosotros tenemos que ser muy prudentes y al mismo tiempo tenemos que ser capaces de comprenderlos en sus necesidades, en la forma en la cual están viviendo, en la que se están desarrollando. No creemos un abismo en las relaciones con nuestros hijos tomemos en cuenta lo que la escritura nos dice en los siguientes pasajes:
Bien lo sabéis, hermanos míos queridísimos. Que cada uno sea diligente para escuchar, lento para hablar y lento para la ira; (Santiago 1,19)
¿Has visto a un hombre precipitado en hablar? Más se puede esperar de un necio que en él. (Proverbios 29,20)
Muchas ocasiones nuestros hijos más que un sermón quiere ser escuchados dejemos que ellos hablen y nos expliquen cuál es la realidad que están viviendo cuáles son las necesidades y de esta manera nosotros poder orientarlos de la mejor manera posible todo esto sería recomendable que lo hagamos bajo la oración para que Dios a través del espíritu Santo nos pueda guiar e iluminar de la mejor manera posible para dar palabras sabias a cada uno de nuestros hijos.
3. Disciplina.
Éste va a ser un punto de controversia ya que muchos lo van a entender de una forma errónea pero la verdad es de que si no disciplinamos a nuestros hijos nunca van a poder ser corregidos, es decir, que necesitamos aplicar disciplina dentro de ellos para que puedan de otra manera vivir lo que Dios tiene planeado para sus vidas, lamentablemente al revisar algunas teorías de la psicología están alejando de que nosotros no podemos corregir a nuestros hijos de una manera idónea ya que solamente se está tratando de incentivar a cada uno de ellos y muchas veces en lugar de explicarles cuál fue el error cuál fue la conducta inadecuada que uno de ellos tuvo tratamos de tratar con paños lo que deberíamos de haber corregido de raíz es necesario una buena disciplina basada en la escritura no caer en la violencia innecesaria en la cual muchas veces se castiga a los niños pero no se les da el mensaje correspondiente a la corrección cómo ha de ser el actuar como ha de ser la forma en la cual ellos deben de interactuar con los demás explicándoles claramente cuál es la conducta de un hijo de Dios ante lo demás pero muchas veces la corrección se basa en gritos golpes que no están dando en ningún momento un mensaje correctivo al niño veamos la escritura y veamos lo que nos va a enseñar con respecto a la disciplina:
Toda corrección, al momento, no parece agradable sino penosa, pero luego produce fruto apacible de justicia en los que en ella se ejercitan. (Hebreos 12,11)
Quien escatima la vara odia a su hijo, pero quien lo ama lo corrige a tiempo. (Proverbios 13,24)
La escritura es clara al decirnos que tenemos que darle una corrección a nuestros hijos pero también tenemos que hacerlo bajo el criterio de la Caridad no simplemente por castigarlos no simplemente por demostrar quien tiene autoridad y muchas veces más que autoridad quien tiene poder verdad nosotros tenemos que educar a nuestros hijos de la mejor manera posible y que ellos comienzan a entender quién es Dios recordemos que nosotros como padres podemos ser los representantes del amor y el cariño de Dios hacia casi toda la humanidad empezando directamente en nuestro hogar en nuestra familia la cual tenemos que educar y que vaya comprendiendo cuál es el amor de un padre pero cuando nosotros actuamos con violencia en lugar de formarlos en lugar de educarlos en lugar de guiarlos a los pies de Jesús en lugar de llevarlos a él estamos nosotros simplemente alejándonos de la presencia de Dios debemos de ser los que vamos viendo los de la mejor manera posible para que Dios reine en sus corazones.
4. Dar el ejemplo.
Este punto es de vital importancia ya que nosotros podemos tener el tiempo, podemos tener la comunicación idónea, estamos haciendo la disciplina de la mejor manera posible pero si nuestro ejemplo no es el correcto de nada ha servido todo lo anterior, es necesario que nosotros demos el ejemplo como padres de cómo se debe de comportar un verdadero cristiano mostrándoles cuál es el comportamiento qué se debe de tener cómo tenemos que amar a Dios y aquí es lo más trascendental de todo si nosotros no leemos las escrituras, sino no asistimos a la Santa eucaristía si no nos ven qué hacemos oración, si ven que nos quejamos de los inconvenientes de la vida en lugar de doblar rodillas y de esa manera poder enseñarles cómo actuar entre los problemas, como actuar ante las dificultades será difícil que estemos teniendo una verdadera iglesia doméstica dentro de nuestros hogares ya que nosotros no somos capaces de vivirlo mucho menos seremos capaces de enseñarlo, es necesario que nosotros nos convirtamos en aquellos maestros que enseñan sin hablar ya que nuestro testimonio será lo que ellos tomarán como ejemplo para sus vidas por tanto este punto se vuelve más que necesario para poder hacer la función dentro del hogar sin éste no seremos capaces de realizar el papel que nos corresponde así como no decía el numeral 1657 del catecismo de la iglesia “católica aquí es donde se ejercita de manera privilegiada el sacerdocio bautismal del Padre de familia” es necesario que comencemos nosotros a vivir realmente el cristianismo de la mejor manera posible educando a nuestros hijos pero más que educar vivir el cristianismo desde el interior de nuestros hogares sino veamos lo que nos dice San Pablo en la carta a Tito:
Mostrándote tú mismo como modelo de buenas obras en todo: pureza de doctrina, dignidad, (Tito 2,7)
Dentro del actuar de nuestra vida cristiana tenemos que tener nosotros en cuenta de que estos son pilares fundamentales para poder hacer una verdadera vida cristiana, dentro de nuestra familia tenemos que comenzar a vivir lo de la mejor manera posible y de esta manera darle buenos cristianos a la iglesia pero como han podido ver necesitamos dedicar primeramente tiempo luego una comunicación adecuada disciplinarlos en el momento idóneo pero principalmente dar un testimonio es decir ser un ejemplo para ellos claro pueden haber muchos puntos más que deberíamos de tratar pero en esta ocasión solamente nos detendremos en ellos que esto nos haga reflexionar para ver si estamos haciendo un verdadero papel de educadores dentro de la iglesia doméstica nos cuesta comprender que el trabajo de educación empieza en el interior de nuestros hogares y no en la escuela y principalmente en iglesia nosotros tenemos que ser los primeros que mostramos el camino que deben de seguir porque nosotros lo estamos recorriendo.