Parábola de los talentos
ANÁLISIS DOCTRINAL DE LA PARÁBOLA DE LOS TALENTOS
Autor: Franz Hidalgo y Bruno Aguirre
Parábola de los talentos
14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
EI hombre que va a otro país, es imagen de Jesucristo que sube al cielo, desde donde volverá a juzgar a los vivos y a los muertos (I Pedro 4, 5 ss.). Los criados somos nosotros.
Los talentos son los dones que Dios nos regala como Padre y Creador, como Hijo y Redentor, y como Espíritu Santo y Santificación. No son dinero en efectivo, no se trata de dinero que se mete al banco, aunque eventualmente también es una buena analogía. Pero los dones o cantidades son distintos, como los servicios que tenemos que prestar. Lo que Dios exige es solamente nuestra buena voluntad para explotar sus dones, de modo que la fe obre por la caridad (Gál. 5, 6). A cada cual según su capacidad: es decir, su capacidad receptiva. María enseñó que la abundancia será para los hambrientos (Luc. 1, 53; cf. I Rey. 2, 5; S. 33,11), por lo cual es de pensar que aquí también se da más al que tiene menores fuerzas, o sea al que menos alardea de ellas, ya que toda nuestra fuerza nos viene de Él (Juan 15, 5; cf. Luc. 18, 9 ss.). Recordemos que el aceite de la viuda se detuvo cuando no hubo más vasos vacíos (IV Rey. 4, 6).
Además está el que no actúa ante la misión de Dios, es aquel que a pesar de reconocer a Dios, no es capaz de disponerse a trabajar por el Reino de los Cielos, busca pretexto para permanecer en su zona de confort, casi siempre echando la culpa a Dios de todo (24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.)
A cuál queremos pertenecer?
Mateo 25:29 Frase de hondo sentido espiritual: Los que aprovechan la gracia, no solamente la guardan, sino que crecen en ella y son recompensados con nuevos dones.
He aquí la otra cuestionante, quieres crecer en el Reino de los Cielos? Tu decides, pues quien no ama a Dios, permanecerá lejos de él, el llanto y crujir de dientes
Los talentos no son un derecho. Son un regalo que tu amor me hace. Generalmente un regalo se recibe para usarlo, ponerlo en acción, compartirlo. No lo recibo para guardarlo sin destapar y mantenerlo ajeno a mi vida. Esto fue lo que hizo aquel siervo del Evangelio. No se detuvo a valorar la confianza que le había dado su señor, ni lo valioso del único talento que poseía, ni lo mucho que podía ganar con él. Simplemente recibió y escondió, desenterró y entregó.
Es en sí mismo el anuncio del reino de Dios que nos revela uno de los principales requisitos para salvar, trabajar y multiplicar, no importa la cantidad de talentos, el tiempo, sino el esfuerzo, la valoración y dedicación en cumplir gracia misericordioso.
La vida misma, un talento, un don de Dios, no he dada con un propósito, encontrar con el dueño, el jefe, el señor duelo del mundo, que da a todos las herramientas necesarias para lograr la meta, pero en ese trabajo de cultivar los dones, debemos de entender que están nuestros hermanos que necesitan por medio de nosotros la caridad de Dios, a cambio, tendremos nuestro salario, fruto de la aceptación y compromiso concreto con la el evangelio.