La Sagrada Biblia

Hechos de los Apóstoles

  1. Hech 1
  2. Hech 2
  3. Hech 3
  4. Hech 4
  5. Hech 5
  6. Hech 6
  7. Hech 7
  8. Hech 8
  9. Hech 9
  10. Hech 10
  11. Hech 11
  12. Hech 12
  13. Hech 13
  14. Hech 14
  15. Hech 15
  16. Hech 16
  17. Hech 17
  18. Hech 18
  19. Hech 19
  20. Hech 20
  21. Hech 21
  22. Hech 22
  23. Hech 23
  24. Hech 24
  25. Hech 25
  26. Hech 26
  27. Hech 27
  28. Hech 28
  1. 1
    Pedro y Juan subían juntos al Templo a la hora novena, la de la oración.
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  2. 2
    Y un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, era traído; al cual ponían cada día a la puerta del Templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el Templo.
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  3. 3
    Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo, rogaba que le diesen limosna.
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  4. 4
    Y Pedro, con Juan, fijando los ojos en él, dijo: Míranos.
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  5. 5
    Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo.
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  6. 6
    Y Pedro dijo: No tengo plata ni oro; mas lo que tengo, esto te doy; en el Nombre de Jesús, el Cristo, el Nazareno, levántate y anda.
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  7. 7
    Y tomándole por la mano derecha le levantó; y luego fueron afirmados sus pies y piernas.
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  8. 8
    Y saltando, se puso en pie, y anduvo; y entró con ellos en el Templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.
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  9. 9
    Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios.
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  10. 10
    Y le conocían, que él era el que se sentaba a pedir la limosna a la puerta del Templo, la Hermosa; y fueron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido.
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  11. 11
    Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón.
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  12. 12
    Y viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? O ¿por qué ponéis los ojos en nosotros, como si con nuestra virtud o piedad hubiésemos hecho andar a éste?
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  13. 13
    El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su Hijo Jesús, al cual vosotros entregasteis, y negasteis delante de Pilato, juzgando él que había de ser suelto.
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  14. 14
    Mas vosotros al Santo y al Justo negasteis, y pedisteis que se os diese un hombre homicida;
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  15. 15
    y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos; de lo que nosotros somos testigos.
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  16. 16
    Y en la fe de su nombre, a éste que vosotros veis y conocéis, ha confirmado su Nombre; y la fe que por él es , ha dado a éste esta sanidad en presencia de todos vosotros.
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  17. 17
    Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros príncipes.
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  18. 18
    Pero, Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos los profetas, que su Cristo había de padecer.
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  19. 19
    Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor son venidos;
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  20. 20
    el cual os ha enviado a Jesús el Cristo, que os fue antes anunciado;
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  21. 21
    al cual de cierto es necesario que el cielo tenga hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, del cual habló Dios por boca de todos sus profetas que han sido desde el siglo.
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  22. 22
    Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará un profeta de vuestros hermanos, como yo; a él oiréis haciendo conforme a todas las cosas que os hablare.
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  23. 23
    y será, que cualquier alma que no oyere a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.
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  24. 24
    Y todos los profetas desde Samuel en adelante, todos los que han hablado, han anunciado estos días.
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  25. 25
    Vosotros sois los hijos de los profetas, y del Pacto que Dios concertó con nuestros padres, diciendo a Abraham: Y en tu Simiente serán benditas todas las familias de la tierra.
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  26. 26
    A vosotros primeramente, Dios, levantando a su Hijo, Jesús, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.
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