La Sagrada Biblia

Hechos de los Apóstoles

  1. Hech 1
  2. Hech 2
  3. Hech 3
  4. Hech 4
  5. Hech 5
  6. Hech 6
  7. Hech 7
  8. Hech 8
  9. Hech 9
  10. Hech 10
  11. Hech 11
  12. Hech 12
  13. Hech 13
  14. Hech 14
  15. Hech 15
  16. Hech 16
  17. Hech 17
  18. Hech 18
  19. Hech 19
  20. Hech 20
  21. Hech 21
  22. Hech 22
  23. Hech 23
  24. Hech 24
  25. Hech 25
  26. Hech 26
  27. Hech 27
  28. Hech 28
  1. 1
    Y Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes,
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  2. 2
    y demandó de él letras para Damasco a las sinagogas, para que si hallase algunos hombres o mujeres de este camino, los trajese presos a Jerusalén.
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  3. 3
    Y procediendo, aconteció que llegando cerca de Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo;
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  4. 4
    y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
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  5. 5
    Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él Señor dijo: YO SOY Jesus el Nazareno a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
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  6. 6
    El, temblando y temeroso, dijo: ¿Señor, qué quieres que haga? Y el Señor le dice : Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene hacer.
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  7. 7
    Y los hombres que iban con Saulo, se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas no viendo a nadie.
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  8. 8
    Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
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  9. 9
    donde estuvo tres días sin ver, y no comió, ni bebió.
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  10. 10
    Había entonces un discípulo en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.
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  11. 11
    Y el Señor le dijo : Levántate, y ve a la calle que se llama la Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora;
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  12. 12
    y ha visto en visión un varón llamado Ananías, que entra y le pone la mano encima, para que reciba la vista.
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  13. 13
    Entonces Ananías respondió: Señor, he oído a muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;
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  14. 14
    y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender a todos los que invocan tu Nombre.
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  15. 15
    Y le dijo el Señor: Ve, porque vaso escogido me es éste, para que lleve mi Nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
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  16. 16
    porque yo le mostraré cuánto le conviene que padezca por mi Nombre.
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  17. 17
    Ananías entonces fue, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo, hermano, el Señor Jesus, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
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  18. 18
    Y luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.
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  19. 19
    Y cuando comió, fue confortado. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.
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  20. 20
    Y luego (entrando) en las sinagogas predicaba a Cristo, diciendo que éste era el Hijo de Dios.
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  21. 21
    Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este Nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos a los príncipes de los sacerdotes?
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  22. 22
    Pero Saulo se fortaleció más, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, comprobando que éste es el Cristo.
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  23. 23
    Y como pasaron muchos días, los Judíos hicieron entre sí consejo de matarle;
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  24. 24
    mas las asechanzas de ellos fueron entendidas por Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.
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  25. 25
    Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro metido en una canasta.
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  26. 26
    Y cuando Saulo llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo.
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  27. 27
    Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo había visto al Señor en el camino, y que le había hablado, y cómo en Damasco había hablado confiadamente en el Nombre de Jesus.
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  28. 28
    Y entraba y salía con ellos en Jerusalén;
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  29. 29
    y hablaba confiadamente en el Nombre del Señor; y disputaba con los griegos; pero ellos procuraban matarle.
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  30. 30
    Lo cual, cuando los hermanos entendieron, le acompañaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.
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  31. 31
    Las Iglesias entonces tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y eran edificadas, andando en el temor del Señor; y con consuelo del Espíritu Santo eran multiplicadas.
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  32. 32
    Y aconteció que Pedro, visitándolos a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida.
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  33. 33
    Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.
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  34. 34
    Y le dijo Pedro: Eneas, El Señor Jesús, el Cristo, te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó.
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  35. 35
    Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.
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  36. 36
    Entonces en Jope había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas que hacía.
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  37. 37
    Y aconteció en aquellos días que enfermando, murió; a la cual, después de lavada, la pusieron en un cenadero.
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  38. 38
    Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros.
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  39. 39
    Pedro entonces levantándose, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron al cenadero, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas les hacía cuando estaba con ellas.
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  40. 40
    Entonces echados fuera todos, Pedro puesto de rodillas, oró; y vuelto al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y viendo a Pedro, se incorporó.
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  41. 41
    Y él le dio la mano, y la levantó; entonces llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.
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  42. 42
    Esto fue notorio por toda Jope; y creyeron muchos en el Señor.
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  43. 43
    Y aconteció que se quedó muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor.
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