¿Cómo vivir mi fe en tiempos modernos?
Llegamos a un tema muy interesante: ¿cómo vivir mi fe en tiempos modernos? Una pregunta que muchos nos hemos hecho en algún momento. Lo primero es recordar que dice el mismo Jesucristo en San Juan 17:14: "no estéis del mundo, como está en el mundo, sino que os he santificado en la verdad. SU palabra es verdad". Entonces, en los tiempos que vivimos, donde el mundo tiene un príncipe que es el maligno, lo podemos ver en Mateo capítulo 4, que en las tentaciones del desierto, el mismo se hace llamar el príncipe de este mundo, dueño de potestades y principados.
Vivir la fe en estos tiempos modernos es un tanto difícil. No hablo desde el punto de vista de las persecuciones y los martirios, porque sabemos que desde los inicios de nuestra fe, los apóstoles, los discípulos y los primeros padres de la iglesia fueron perseguidos y en su mayoría mártires. Me refiero a lo que es la abundancia del pecado. Isaías en el capítulo 5:20 establece bien claro: "¡Ay de aquellos que llaman al mal bien, y al bien mal, que en la tiniebla ponen luz, y en la luz ponen tiniebla, que hacen lo amargo agradable y lo agradable amargo!".
Eso mismo es lo que estamos viviendo en estos tiempos modernos. Hoy en día, el mundo se sorprende cuando una persona vive al máximo su fe, cuando intenta vivir una vida integral delante de Dios. Porque el mundo se ha acostumbrado al mal. Una persona que trata de vivir integral con Dios, que trata de hacer lo correcto, que trata de cumplir la voluntad de Dios suele ser vista hoy en día como alguien anormal, alguien diferente.
El desafío de vivir la fe en tiempos difíciles
Vivir nuestra fe en estos tiempos es difícil por la abundancia del pecado y por las tantas cosas que nos entretienen. Cito algunas de las cosas que nos entretienen: el uso de la tecnología, celulares, redes sociales. De por sí, no es mala, pero que dependiendo del uso, estas se pueden convertir en un impedimento para vivir nuestra fe al máximo.
Es importante tener en cuenta que tanto el tiempo que estamos dedicando a estas cosas como el tiempo que estamos dedicando a Dios son fundamentales para nuestra relación con Él. Es posible que la insistencia en los medios sociales en emitir mensajes subliminales, mensajes que en algún momento pueden parecer buenos, pero que cuando los analizamos detenidamente, tenemos que darnos cuenta de que tienen un mensaje de trasfondo muy negativo y peligroso para nuestra alma.
Un ejemplo de esto es que hoy en día muchas personas de la iglesia están a favor del aborto, o simplemente piensan que hay situaciones en las que realmente el aborto no está tan mal. Esto se debe a que se han dejado influenciar por los muchos mensajes en las redes sociales, por la influencia del maligno y todas sus potestades.
El llamado a la vigilancia y la oración
Vivir la fe en tiempos modernos implica sacrificio, implica esfuerzo, pero sobre todo implica lo que el mismo Jesús nos aconseja cuando nos dice: "Manténganse firmes, siempre en oración" (Lucas 18:1). Fíjese si es tan difícil vivir la fe en los tiempos modernos que el mismo Jesús en el libro de Mateo capítulo 24 versículo 22 nos dice: "Si esos días no se acortaran, nadie sobreviviría. Pero por causa de los elegidos se los acortarán". Estamos viviendo tiempos difíciles, tiempos de muchas influencias malignas.
La importancia de la vigilancia y la evaluación
Los tiempos modernos como los tiempos antiguos, muchos dirán que siempre ha existido el mal, siempre ha existido el pecado. Sí, pero estamos viviendo tiempos donde el pecado se ha vuelto tan abundante que el enemigo está logrando su cometido. Los seres humanos ven el pecado como algo normal, y nuestra conciencia cristiana queda adormecida, para que no podamos detectar lo que está bien y lo que está mal.
La invitación a la fe y la perseverancia
Lo importante de todo esto es entender que, si es posible vivir nuestra fe en estos tiempos modernos, es posible vivir con Dios, es posible salir adelante. Para eso tenemos que demostrarle al Señor que somos de esos valientes que establece el libro de Proverbios cuando dice: "El reino de los cielos es para los valientes".
Por tanto, esfuérzate, sigue adelante, no tengas miedo, evalúa, analiza, que te conviene, que le conviene a tu alma y trata siempre de mantenerte firme en el camino de la fe. No importan los tiempos, no importa cuántas ofertas te hagan. Tu mayor oferta te la hizo Jesús desde que te eligió y desde que entregó su vida por ti en la cruz, derramando hasta la última gota de sangre por ti y por mí.