El matrimonio se celebra en una ceremonia solemne, donde los esposos se comprometen mutuamente a amarse y a vivir juntos en fidelidad y en unión íntima.
En esta unión, los cónyuges se prometen amor, respeto y fidelidad, creando un vínculo sagrado que refleja el amor de Dios por la humanidad.
La ceremonia del matrimonio es un momento importante en la vida de los cónyuges, donde se comprometen a vivir juntos en armonía y unidad, siguiendo los principios de la fe católica. La Palabra de Dios nos enseña que el matrimonio es una institución sagrada, y que los cónyuges deben amarse y respetarse mutuamente, como se nos enseña en Efesios 5, 25-33.
"Los maridos deben amar a sus mujeres como Cristo amó a la Iglesia". La Iglesia Católica enseña que el matrimonio es un sacramento, que une a los cónyuges en un vínculo indisoluble, y que debe ser respetado y protegido por todos.