Los sacramentos de la Iglesia se distinguen en sacramentos de la
      iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía); sacramentos de
      la curación (Penitencia y Unción de los enfermos); y sacramentos al
      servicio de la comunión y de la misión (Orden y Matrimonio). Todos
      corresponden a momentos importantes de la vida cristiana, y están
      ordenados a la Eucaristía «como a su fin específico» (Santo Tomás de
      Aquino).