La Iglesia debe promover una educación integral que forme a las personas en la verdad, la caridad y la justicia, y que les prepare para una vida responsable y comprometida.
La educación integral es fundamental para el desarrollo de las personas, ya que les permite crecer en todos los aspectos de su ser: intelectual, espiritual, emocional y social.
La Iglesia se esfuerza por impartir una educación que se centre en la verdad, la caridad y la justicia, valores que son esenciales para una vida plena y significativa.
La educación integral también busca preparar a las personas para una vida responsable y comprometida, donde puedan hacer contribuciones positivas en la sociedad y trabajar por el bien común.
"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Mc 12, 30). La Iglesia busca que las personas estén equipadas para enfrentar los desafíos de la vida con fe, esperanza y amor, y para ser luz y sal en el mundo.