La Iglesia debe seguir adelante con la evangelización en el mundo y promover la nueva evangelización en los diferentes contextos culturales y sociales.
En regiones como Argelia, la Iglesia se enfrenta a desafíos únicos que requieren una aproximación cuidadosa y respetuosa a la diversidad cultural y religiosa.
La nueva evangelización busca renovar la fe en aquellos que ya son creyentes y compartir el mensaje de Jesucristo con aquellos que no lo conocen, promoviendo un diálogo interreligioso y la comprensión mutua. La Iglesia debe adaptarse a los contextos locales, promoviendo la fe de manera que respete y valore la identidad cultural de cada comunidad. La evangelización debe ser un proceso continuo que busque la transformación espiritual y la promoción de la justicia social, inspirada en las enseñanzas de Jesucristo y la tradición de la Iglesia.
"Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura" (Mc 16,15). La Iglesia debe ser una comunidad misionera, que salga al encuentro de las personas donde estén, escuchando sus necesidades y compartiendo la fe de manera que sea relevante y significativa para su vida. La nueva evangelización es un desafío y una oportunidad para la Iglesia, para renovar su compromiso con la fe y para compartir la alegría del Evangelio con todo el mundo.