La dignidad del hombre nace del hecho de haber sido creado por Dios a su imagen y semejanza, haber sido reconciliado por Cristo y estar llamado a la Bienaventuranza del Cielo. Es tanta la dignidad del hombre, que el Concilio Vaticano II afirma que el hombre es la '煤nica criatura en la tierra a la que Dios ha amado por s铆 misma' (Gaudium et Spes, 24,3). El hombre, ayudado por la gracia y usando bien de su libertad, puede identificar su voluntad con la voluntad de Dios, pues lo que Dios quiere es siempre lo 贸ptimo.
La dignidad del hombre nace de ser creado por Dios a su imagen y semejanza, de haber sido reconciliado por Cristo y de estar llamado, mediante la gracia, a alcanzar su plenitud en la bienaventuranza del cielo.
El hombre puede llegar a la felicidad del cielo mediante el ejercicio de su libertad, practicando el bien, cumpliendo en su vida el amoroso plan que Dios tiene para 茅l.
La libertad es la capacidad que tiene el hombre de ejecutar por s铆 mismo acciones deliberadas. La libertad es en el hombre signo eminente de la imagen divina.
La libertad humana alcanza su grado m谩ximo cuando el hombre descubre el plan de amor que Dios tiene para 茅l y lo vive plenamente en su actuaci贸n diaria.