El Plan de Dios muestra al hombre el camino que debe seguir para practicar el bien y alcanzar su fin último: la plena reconciliación y la salvación.
En el Antiguo Testamento, Dios da a su Pueblo, por medio de Moisés, los Diez Mandamientos, que son el resumen de la Ley moral. En el Nuevo Testamento, Jesucristo nos da la Ley evangélica, que es la perfección de la Ley divina natural y revelada.
La ley moral puede clasificarse en:
La ley moral siguió tres pasos: