El Nuevo Testamento, cuyo centro es Jesucristo, nos transmite la verdad definitiva de la Revelación divina. En él, los cuatro Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, siendo el principal testimonio de la vida y doctrina de Jesús, constituyen el corazón de todas las Escrituras y ocupan un puesto único en la Iglesia.
Los cuatro Evangelios son el fundamento de la fe cristiana, ya que nos presentan la vida, la enseñanza, la muerte y la resurrección de Jesucristo. En ellos se encuentra el testimonio más directo de la presencia y la acción de Dios en la historia de la humanidad.
La Iglesia católica tiene un papel fundamental en la interpretación de las Escrituras, ya que ha sido encargada por Jesucristo de transmitir y preservar la verdad revelada. La Iglesia, bajo la guía del Espíritu Santo, busca comprender y aplicar las enseñanzas de las Escrituras en la vida de los creyentes.
La Biblia y la Tradición son dos fuentes fundamentales de la fe católica. La Biblia es la Palabra de Dios escrita, mientras que la Tradición es la transmisión viva de la fe apostólica. Ambas son indispensables para la comprensión y la práctica de la fe cristiana.
Las Escrituras nos ofrecen orientación y sabiduría para vivir nuestra vida diaria de acuerdo con la voluntad de Dios. A través de la oración, la reflexión y la meditación, podemos aplicar las enseñanzas de las Escrituras en nuestras decisiones y acciones, y así crecer en nuestra relación con Dios y con los demás.