La Escritura, la Tradición y el Magisterio están estrechamente unidos, de tal manera que ninguno de ellos puede existir sin los demás. Juntos, bajo la acción del Espíritu Santo, contribuyen de manera eficaz a la salvación de los hombres, cada uno a su propio modo.
La relación entre la Escritura y la Tradición es fundamental para la comprensión de la fe católica. La Escritura se refiere a las Sagradas Escrituras, que son la base de la fe cristiana, mientras que la Tradición se refiere a la transmisión de la fe a lo largo de los siglos.
El Magisterio, que se refiere a la autoridad docente de la Iglesia, juega un papel crucial en la interpretación de la Escritura y la Tradición. Bajo la guía del Espíritu Santo, el Magisterio ayuda a entender y aplicar las enseñanzas de la Iglesia en la vida de los creyentes.
La unidad entre la Escritura, la Tradición y el Magisterio es esencial para la integridad de la fe católica. Esta unidad se refleja en la acción del Espíritu Santo, que guía a la Iglesia en su misión de proclamar el Evangelio y guiar a los creyentes en su camino hacia la salvación.
Como dice la Biblia: No nos dejemos llevar de doctrinas variadas y extrañas (Hebreos 13,9).
La relación entre la Escritura, la Tradición y el Magisterio es vital para la comprensión y la práctica de la fe católica. Al estudiar y reflexionar sobre estas tres dimensiones, los creyentes pueden profundizar su comprensión de la fe y vivir de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia.