Fundamentos bíblicos de los misterios luminosos
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
¿Por qué se llaman «misterios» las estaciones del Rosario?
Entre las diferentes acepciones con los cuales podemos definir la palabra misterio, encontraremos múltiples opciones, sin embargo aquí presentamos la definición que más se ajusta a la respuesta que buscamos: “Cada uno de los pasos de la vida, pasión y muerte de Jesucristo, cuando se consideran por separado”.
El termino misterio pasó a designar las imágenes de Jesucristo, y, cuando la imaginería mostraba una serie de imágenes con las diversas etapas de su vida, se designó “misterio” a cada una. De ahí pasó al rosario.
Los misterios Gozos son aquellos que “narran desde la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen y recorren la infancia de Jesús”.
Los misterios de Dolorosos “narran la Pasión y muerte de Jesús en la Cruz”.
Los misterios de Gloriosos “narran desde la Resurrección y Ascensión de Jesús, la venida del Espíritu Santo y la Asunción de la Virgen y su Coronación en los cielos”.
Por último, los misterios de la Luz o luminosos que “completan el camino de la Redención contemplan el bautismo de Jesús, las Bodas de Caná (la familia), la Transfiguración y finalmente el gran misterio de la Institución de la Eucaristía”.
Tras una oración introductoria, se enuncia el “misterio” que corresponda, por ejemplo, en el primer misterio: “La Encarnación del Hijo de Dios”.
Después de una breve pausa de reflexión o de un ofrecimiento personal, se rezan: “un Padre nuestro, diez Avemarías y un Gloria”.
¿Por qué nosotros en el Rosario repetimos oraciones, si en la Biblia Jesús prohibió que repitiéramos palabras al orar
Es sumamente importante que como católicos, siempre estemos dispuestos a dar razones de nuestra fe (1 Pe 3,15) y presentemos los fundamentos bíblicos de ello. En este caso el Papa Juan Pablo II en su reciente encíclica sobre el Rosario ha hecho un llamado a que presentemos los fundamentos bíblicos del mismo para mostrar su riqueza espiritual y su validez pastoral (Cfr. Rosarium Virginis Mariae No. 43) Con alegría te comparto algunas de las respuestas católicas inmediatas que hemos dado a eso:
1.- Jesucristo nos puso el ejemplo de rezar así.
Es falso que la Biblia prohíba repetir palabras en la oración. Cuando en el Evangelio de San Mateo Jesús dice que no se hable tanto en la oración, en ese mismo versículo aclara que se refiere a los paganos que creen que por hacer tanta palabrería van a ser escuchados.
El rechazo no es a «repetir palabras» sino al hacerlo sin sentido interior y profundo como lo haría un pagano.
Si alguien te dijo eso, sería muy bueno que le dijeras que el mismo Señor Jesucristo nos puso el ejemplo al rezar ‘repitiendo palabras’.
Esto fue lo que sucedió. Era uno de los momentos más importantes en la vida de Nuestro Señor Jesucristo, pues él sabía que había llegado la hora de entregarse para salvación del hombre. Es la oración del Huerto de Getsemaní. ¿Cómo fue su oración? Veamos lo que la Biblia nos dice:
«Se alejó de nuevo a orar, repitiendo las mismas palabras»
Mc 14,39
Si Jesucristo oró «repitiendo las mismas palabras» entonces también nosotros lo podemos hacer. A menos que el protestante diga que también Jesucristo hizo mal al hacerlo así. Aunque usted no lo crea, algunos serán capaces de decir eso con tal de no reconocer su error.
2.- Los Salmos tienen oraciones repetitivas.
Al parecer muchos hermanos protestantes no han leído atentamente la palabra de Dios, pues en ella encontramos que varios salmos de la Biblia son oraciones que tienen partes que se van repitiendo cada dos o tres versículos. Eso era algo muy común en la Biblia. Por ejemplo:
El salmo 29 Repite: «Voz de Yahvé».
El salmo 46 Repite: «Con nosotros Yahvé rey de los ejércitos».
El salmo 80 Repite: «Oh Dios haznos volver».
El salmo 107 Repite: «Den gracias a Yahvé».
3.- Por supuesto que el Rosario es una oración bíblica.
*En el Rosario «repetimos palabras» así como Jesús lo hizo. Mc 14,39
*El Padre Nuestro está en la Biblia. Mt 6,9-13
* Gran parte del Ave María está en la Biblia. Lc 1,28-55: Jn 2,1-11
*El Gloria (Alabanza trinitaria) está en la Biblia 2 Cor 13,13-14
Además, ¿acaso a una esposa le molestará que su marido le diga una y otra vez: «te quiero mucho» «te quiero mucho» «te quiero mucho»… por supuesto que no, sino todo lo contrario.
De igual manera el Rosario es un «ramillete de rosas» para María, pidiendo su intercesión y glorificando a Nuestro Señor Jesucristo.
El Rosario gira alrededor de la persona de Jesucristo.
Cuando los católicos rezamos el Rosario, de hecho meditamos sobre varios acontecimientos en la vida de Jesucristo mientras nos movemos de cuenta en cuenta. Estas meditaciones se llaman tradicionalmente “misterios” y se desarrollaron por primera vez en 1214 por santo Domingo.
Originalmente, santo Domingo desarrolló estos misterios como un método catequético para enseñar a los descarriados por la herejía albigense. Agrupó los misterios en lo que hoy se conoce como gozosos, dolorosos y gloriosos, con la intención de sumergir al fiel cristiano en momentos esenciales de la vida de Jesús.
Mientras reflexionaba sobre estos misterios, san Juan Pablo II observó un hueco que no cubrían los tres grupos tradicionales. En 2002 escribió su encíclica Rosarium Virginis Mariae: “No obstante, para resaltar el carácter cristológico del Rosario, considero oportuna una incorporación que, si bien se deja a la libre consideración de los individuos y de la comunidad, les permita contemplar también los misterios de la vida pública de Cristo desde el Bautismo a la Pasión”.
Juan Pablo II quería que el Rosario se convirtiera en un “compendio del Evangelio” donde se incluyera una meditación que “se centre también en algunos momentos particularmente significativos de la vida pública (misterios de luz)”. Unos momentos que se propusieron de tal forma:
1) El Bautismo en el Jordán
2) Las bodas de Caná
3) La proclamación del Reino de Dios
4) La Transfiguración
5) La institución de la Eucaristía
Lo curioso es que, aunque nunca manifestó públicamente la fuente de esta inspiración, un año antes, en 2001, Juan Pablo II había beatificado a san Jorge Preca, un sacerdote carmelita de Malta. La biografía del Vaticano señala que Preca “en 1957 (…) sugirió el uso de cinco misterios de luz para la recitación privada del Rosario”.
Según los carmelitas, la división de Preca de los misterios de la luz guarda una notable similitud con la de Juan Pablo II.
1) Después del bautizo de Jesús en el Jordán, fue llevado al desierto.
2) Jesús se revela como auténtico Dios por su palabra y sus milagros.
3) Jesús enseña las Bienaventuranzas en el monte.
4) Jesús es transfigurado en la montaña.
5) Jesús toma su última cena con los Apóstoles.
Juan Pablo II nunca desveló si san Jorge Preca inspiró su decisión, pero lo que sí puede decirse es que ambos santos vieron una oportunidad para hacer que el Rosario reflejara mejor la vida de Cristo.
Además, aunque la introducción de los misterios luminosos del Rosario tiene el peso del respaldo papal, Juan Pablo II también dejó claro que su oferta no había de ser una imposición sobre la devoción personal.
“No obstante, esta indicación no pretende limitar una conveniente libertad en la meditación personal y comunitaria, según las exigencias espirituales y pastorales y, sobre todo, las coincidencias litúrgicas que pueden sugerir oportunas adaptaciones. Lo verdaderamente importante es que el Rosario se comprenda y se experimente cada vez más como un itinerario contemplativo”.
En definitiva, Juan Pablo II quiso facilitar la oración de los individuos e insuflar nueva vida en una tradición muy apreciada. Percibió los misterios luminosos como una forma de que los fieles entraran más profundamente en la vida de Jesús y una “verdadera introducción a la profundidad del Corazón de Cristo, abismo de gozo y de luz, de dolor y de gloria”.
Ahora ya habiendo comprendido la importancia del Rosario, veamos cuáles son los fundamentos bíblicos de los misterios luminosos que se rezan los días jueves.
MISTERIOS LUMINOSOS
(JUEVES)
1° El Bautismo de Jesús en el Jordán.
«Tenía Jesús al comenzar su vida pública, unos treinta años. Por aquellos días, como todo el pueblo se bautizaba, vino Jesús desde Nazaret de Galilea al Jordán para ser bautizado por Juan. Y he aquí, que estando Él en oración, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo en forma de paloma se posó sobre Él, y se oyó una voz del cielo que decía: Este es mi hijo muy amado escuchenlo»(Lc. 3, 21-23; Mt. 3,13)
2° Las bodas de Caná
«Se celebraba una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. Fueron invitados también a la boda Jesús y sus discípulos. Y como faltaba vino, María le dijo a Jesús: «No tienen vino». Respondió Jesús: «¿Qué nos va a ti y a mí? Además no ha llegado mi hora». Pero la madre dijo a los que servían: «Haced lo que Él os diga».
Había colocadas seis tinajas de piedra y Jesús les dijo: «Llenen de agua las tinajas» Y les dice: «llévenlo al maestro» Cuando éste gustó el vino dijo: «Todo hombre pone primero el vino bueno y cuando ya han tomado el peor, pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora».(Jn 2, 2-11)
3° El anuncio del Reino de Dios
«Jesús comenzó a predicar la Palabra de Dios y decía: «Se cumplió el tiempo y ha llegado el reino de Dios: arrepentíos y creed en el Evangelio» Y su fama se extendió por toda la región. (Mt. 4, 13-17 Mc. 1,15 Lc 4,15)
4° La Transfiguración
«Tomando Jesús a Pedro, Santiago y Juan, subió a un monte a orar. Mientras oraba su rostro se transformó, su vestido se volvió blanco y resplandeciente, y Moisés y Elías hablaban con Él. Pedro le dijo a Jesús: Maestro ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Mientras decía esto, apareció una nube que los cubrió y salió una luz que decía: «Este es mi hijo elegido, escuchadle». (Lc. 9, 28-36)
5° La Institución de la Eucaristía
«Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con sus discípulos y les dijo: «Ardientemente he querido comer ésta Pascua con ustedes antes de padecer, porque no la comeré más hasta que sea cumplida en el reino de Dios. Tomando el cáliz, dio gracias y dijo: tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre que será derramada por ustedes. Después tomó el pan, dando gracias lo partió y se los dio diciendo: Este es mi cuerpo que será entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.» (Lc. 22, 14-23)