La Estructura Organizativa de la Iglesia: El Ministerio Ordenado
Desde los orígenes, el Ministerio Ordenado fue conferido y ejercido en tres grados, insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia, sin ellos no se puede hablar de Iglesia:
Los Obispos
Son los transmisores de la semilla apostólica. Tienen la plenitud del sacramento del Orden, están incorporados al Colegio Episcopal. En cuanto sucesores de los apóstoles y miembros el Colegio Episcopal, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de toda la Iglesia, enseñan y gobiernan bajo la autoridad del Papa, sucesor de San Pedro y cabeza visible de la Iglesia.
«Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que El se adquirió con la sangre de Su propio Hijo.» (Hch 20,28)
«Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo Jesús, que están en Filipos, con los Obispos y Diáconos.» (Fil 1,1)
El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené.
El candidato debe ser irreprochable, casado una sola vez, cuyos hijos sean creyentes, no tachados de libertinaje ni de rebeldía.
Porque el epíscopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. (Tito 1,5-8)
La palabra griega para «obispo» es «episkopos» (es decir, «supervisor») – un término que describe a un pastor (Juan 21:15-17). Y, de hecho, los apóstoles fueron los primeros pastores de la Iglesia, incluso por encima de los demás presbíteros de Jerusalén (Hechos 9:27).
Los Presbíteros
Están unidos a los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales. Son llamados a ser cooperadores diligentes de los obispos, forman en torno a su obispo el Presbiterio que asume con él la responsabilidad de la Iglesia particular. Reciben del obispo el cuidado de una comunidad parroquial o de una función eclesial determinada.
«Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.» (Hechos 14,23)
Así, los «presbíteros» que vemos en las Escrituras son los «sacerdotes» de la Iglesia Católica. Es decir, que son los que presiden como «padres» en la nueva Pascua de alimentos (la Eucaristía / Santa Comunión).
Los Diáconos
Son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia, no reciben el sacerdocio ministerial, pero la ordenación les confiere funciones importantes en el Ministerio de la Palabra, del culto divino, del Gobierno Pastoral y del servicio de la caridad, tareas que deben cumplir bajo la autoridad pastoral de su obispo.
«Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: «No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo; mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra.»» (Hch 6,1-6)
Las funciones de un diácono son:
- Administrar solemnemente el sacramento del Bautismo.
- Conservar y distribuir la Eucaristía.
- Bendecir los matrimonios.
- Llevar el viático a los enfermos.
- Leer a los fieles la Sagrada Escritura.
- Predicar.
- Bendición e imposición de las cenizas.
- Presidir los ritos funerales y sepelios (sin la celebración eucarística).
1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo Jesús, que están en Filipos, con los epíscopos y diáconos. (Filip 1,1)
También los diáconos deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber mucho vino ni a negocios sucios; que guarden el Misterio de la fe con una conciencia pura. (1 Tim 3:8-13)