Fundamentos bíblicos del Rosario, ¿Son vanas repeticiones?
El Santo Rosario constituye una de las oraciones más importantes para la vida del Católico, pues como lo mencionaba San Juan Pablo en una carta apostólica del año 2002 “El Rosario es una oración que por su naturaleza está orientada hacia la paz”; sin embargo, escuchamos que hermanos separados en muchas ocasiones nos dicen a los Católicos que no sabemos orar y de que decimos repeticiones vanas haciendo alusión a Mateo 6:7-8:
“7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. 8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.»
Lo cierto es que el Santo Rosario es totalmente bíblico y no representa vana palabrería porque refleja la palabra del Señor enviada a la Virgen María por medio del Arcángel Gabriel.
“DIOS TE SALVE MARíA LLENA ERES DE GRACIA, EL SEÑOR ES CONTIGO”
Esta primera parte la podemos encontrar en Lucas:1:26-29:
“26 En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios 27 a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David. La virgen se llamaba María.
28 Y entró donde ella estaba y le dijo:
-Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo.
29 Ella se turbó al oír estas palabras, y consideraba qué podía significar este saludo.”
Como podemos ver, el Ángel es un mensajero de Dios, y sus palabras no son inventadas por él sino que es un mensaje transmitido por Dios. Por lo tanto, las palabras del Ángel a María no pueden considerarse una vana repetición porque es Dios mismo quien saluda a María a través del Ángel.
Otra confusión de los hermanos separados en esta parte es porque en el rosario se dice “Dios te salve”, como si la virgen necesitará ser salvada; “Salve” también se puede definir como un saludo que se empleaba en la antigüedad, como lo afirma el diccionario de la lengua española:
“Salve
Del lat. salve ‘ten salud’, imper. de salvēre ‘tener salud, estar sano’.
1. interj. poét. U. para saludar.
2. f. Oración con que se saluda y ruega a la Virgen María”
La expresión salve no significa que la virgen esté condenada o algo por el estilo, sino que es un saludo que se empleaba a las personas importantes, es por esto que la virgen María se turba al escuchar este saludo.
“BENDITA TÚ ERES ENTRE TODAS LAS MUJERES Y BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE JESÚS”
Esta segunda parte la podemos encontrar en Lucas 1:39-42
“39. Por aquellos días, María se levantó y marchó deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá; 40. y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41. Y cuando oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; 42. y exclamando en voz alta, dijo:
-Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.”
Aquí podemos apreciar como San Lucas nos muestra la visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel y de cómo aquellas palabras de Santa Isabel aunque salen de su boca, no son de ella sino del Espíritu Santo. Por lo tanto, al decir esta frase sólo estamos recordando las palabras que el Espíritu Santo exclamó por boca de Santa Isabel.
“SANTA MARIA”
Al contrario de lo que piensan muchos hermanos separados, María sí es Santa y aparece en Lucas 1:28:
“28 Y entró donde ella estaba y le dijo:
-Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo”
Si aquí se afirma que María está llena de gracia y el Señor está con ella, María es Santa, pero para confirmarlo podemos ir a Romanos 8:29:
“29 Porque a los que de antemano eligió también predestinó para que lleguen a ser conformes a la imagen de su Hijo, a fin de que él sea primogénito entre muchos hermanos.
30 Y a los que predestinó también los llamó, y a los que llamó también los justificó, y a los que justificó también los glorificó”
Por lo anterior, María es justificada y glorificada y tener estos dos atributos de parte de Dios significa que es Santa.
“MADRE DE DIOS”
Esta parte representa una de las mayores confusiones para los hermanos separados ya que ellos se preguntan ¿Cómo es posible que Dios tenga Madre pues esto significa que María hizo a Dios?.
Primero esta confusión se da porque ser Madre no significa hacer al hijo, o acaso alguna Madre ¿puede escoger el color de los ojos que va a tener su hijo, o si va a ser varón, o la forma de los pies o la forma de sus manos?. La respuesta obvia es no, por lo tanto Mamá no es la que hace al hijo, sino la que lo engendra, como lo menciona Mateo 1:23 y Lucas 1:43 respectivamente:
“23 Mirad, la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros”
“43 ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mi Señor a visitarme?”
Aquí vemos que Santa Isabel al estar llena del Espíritu Santo cuando se refiere a “mi Señor” emplea originalmente la palabra griega Kyrios que es sinónimo de Dios lo cual se confirmar con Juan 20:28:
“¡Señor mío y Dios mío!”
En este orden de ideas podemos decir que María es la Madre de su Señor, es decir, la Madre de Dios.
“RUEGA POR NOSOTROS”
Las Sagradas Escrituras nos muestran en Juan 2:1-5 como la Virgen Maria ruega cuando llego a faltar el vino, veamos:
“1Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. 2 También fueron invitados a la boda Jesús y sus discípulos. 3 Y, como faltó vino, la madre de Jesús le dijo:
No tienen vino
4 Jesús le respondió:
Mujer, ¿qué nos importa a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora.
5 Dijo su madre a los sirvientes:
Haced lo que él os diga.”
Maria actúa como intercesora debido a que a pesar de que aún no había llegado la hora de su hijo, Jesús obra el milagro respectivo convirtiendo el agua en vino. De esta forma Jesús escucha el ruego de María y es la razón por la que nosotros pedimos a la Santísima Virgen María que así como ella rogó por los novios en las bodas de Caná, ruegue también por nosotros.
“PECADORES”
No hay duda de que todos somos pecadores y siempre necesitamos de Dios pues así lo afirma 1 Juan 1:8-10
”8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda iniquidad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos mentiroso, y su palabra no está en nosotros”
Por esta razón, en el Ave Maria decimos pecadores, pues nosotros no queremos hacer pasar a Jesús como mentiroso.
”AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE”
Mediante esta frase rogamos a Maria por nosotros “Ahora” tal y como lo hizo en las bodas de Caná. “Y en la hora de nuestra muerte” tal como lo hizo en la crucifixión y muerte de su hijo. Juan 19:25:
“25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena”
Así como María estuvo al pie de la cruz en la hora de su muerte, nosotros rogamos a María que nos acompañe en la nuestra como sus hijos, especialmente en el momento más difícil como lo es nuestra muerte.
EL PADRE NUESTRO
No se puede negar que el Padre nuestro sea una oración biblica puesto que es la oración con la que que Jesús nos enseña a orar en Mateo 6:9-13:
“9 Vosotros, en cambio, orad así: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; 10 venga tu Reino; hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra; 11 danos hoy nuestro pan cotidiano; 12 y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; 13 y no nos pongas en tentación, sino líbranos del mal”
Así como también en Lucas 11:2-4
“2 Él les respondió: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino; 3 sigue dándonos cada día nuestro pan cotidiano; 4 y perdónanos nuestros pecados, puesto que también nosotros perdonamos a todo el que nos debe; y no nos pongas en tentación”
Por lo tanto, cuando oramos mediante el Padre nuestro, estamos siguiendo la enseñanza que nos dejó el Señor a todos nosotros.
SOBRE ORAR REPITIENDO
A pesar de lo anterior, los hermanos separados nos dicen que no podemos orar repitiendo por causa de Mateo 6:7
“7 Y cuando oráis, no abundes en palabras, como los paganos, que se figuran que por mucho hablar serán oídos”
Sin embargo no dan cuenta que en esta misma cita menciona la frase “como los paganos”. Los paganos eran un pueblo que no creía en Dios y que oraban a dioses muertos o estatuas que por más que se les pedía, jamás les escuchaban.
Así pues, el sentido correcto de esta cita es como nos lo enseña la biblia en 1 Reyes 18:26-27, mediante la cual podemos ver porque no debemos tener por dioses a dioses muertos:
“26 Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respondenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. 27 Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle”
Y por supuesto que los Católicos no tenemos dioses muertos ni tampoco adoramos imagenes, pero esto es tema para otra ocasión.
Además de lo anterior los apóstoles si nos enseñan a orar repitiendo. veamos:
”16 La Palabra de Cristo habite en vosotros con opulencia, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando a Dios con gratitud en vuestros corazones, salmos, himnos y cánticos espirituales” Colosenses 3:16
“18 Y no os embriaguéis con vino, en el cual hay lujuria, sino llenaos en el Espíritu, 19 entreteniéndoos entre vosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando de todo corazón al Señor” Efesios 5:19
En los dos casos se nos recomienda orar mediante los salmos, y debemos recordar que los salmos ya están escritos, por lo tanto nos exhortan a orar repitiendo los mismos.
La biblia también nos muestra que el mismo Jesús oraba repitiendo:
“44 Los dejó, y yéndose de nuevo, oró una tercera vez, diciendo las mismas palabras” Mateo 26:44
De igual forma, en el momento de su crucifixión, Jesús oraba repitiendo, pues cuando exclamó “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” en realidad estaba repitiendo el Salmo 22:2.
Por tanto nos podemos dar cuenta que el rosario no contiene vana palabrería, y que no existe ningún inconveniente al orar repitiendo. Sea o no repetida nuestra oración, debe brotar de nuestro corazón y si es repetida como el Santo Rosario, debemos prestarle la mayor concentración posible, evitando pensar en otras cosas a parte de nuestra oración al Señor.