La creencia en Jesús como Mesías: desafíos judíos y respuestas bíblicas
Hay muchos argumentos que expresan lo judíos para no creer en Jesús como el Mesías en esta ocasión. Vamos a revisar algunos de los más comunes y explorar bajo la Palabra de Dios si son verdaderos o falsos.
No aceptan a Jesús como su Mesías porque:
- Jesús no cumplió las profecías mesiánicas.
- El cristianismo contradice la teología judía.
- Jesús no cumplió con los requisitos de Mesías.
- Los versículos bíblicos referentes a "Jesús" son traducciones incorrectas.
- La creencia judía se basa en una revelación nacional.
1. Jesús no cumplió las profecías mesiánicas
¿Qué es lo que el Mesías tiene que lograr? Los milagros de Jesús suscitaron cuestiones en torno a su condición mesiánica. Algunos excluían que pudiera ser el Mesías. “De éste sabemos de dónde viene, más del Mesías, cuando venga, nadie sabrá de dónde viene” (Jn 7, 27).
Pero otros decían: “El Mesías, cuando venga, ¿podrá hacer signos más grandes de los que ha hecho éste?” (Jn 7, 31). “¿No será éste el Hijo de David?”. (Mt 12, 23). Incluso llegó a intervenir el Sanedrín, decretando que “si alguno lo confesaba Mesías fuera expulsado de la sinagoga” (Jn 9, 22).
Con estos elementos podemos llegar a comprender el significado clave de la conversación de Jesús con los Apóstoles cerca de Cesarea de Filipo. “Jesús… les preguntó: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? Ellos le respondieron, diciendo: Unos, que Juan Bautista; otros, que Elías y otros, que uno de los Profetas. Pero Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo” (Mc 8, 27-29; cf. además Mt 16, 13-16 y Lc 9, 18-21), es decir, el Mesías.
2. ¿El cristianismo contradice la teología judía?
En el Sinaí, Dios había pedido a los hombres que llegaran hasta donde pudieran. Pero Jesús, en el monte de las bienaventuranzas, lanzó una consigna más radical, más difícil, más cristiana: llega hasta donde no puedas. Es decir: aquí estoy yo, con mi gracia, para que juntos lleguemos hasta lo humanamente imposible e insoñable.
Es así como Jesús da plenitud a la ley judía. Es así como Jesús nos trae una ley mejor, una ley más alta. Trae el evangelio, trae su amor y su redención. Esto no lo enseña solo Jesús, sino que también lo confirma las escrituras en Mt 28, 18-20: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
3. Jesús no cumplió con los requisitos de Mesías
En el tiempo en que vivió Jesús, más que nunca, se esperaba la venida del Mesías. Sin embargo, se había falseado el concepto que de él habían dado los profetas.
Los judíos contemporáneos de Jesús esperaban un Mesías que les traería bonanza, un gran jefe político, un guerrillero que librara a Israel de la esclavitud de los Romanos. Sin embargo, había un “pequeño resto” de personas que tenían una idea exacta del Mesías: El Mesías, sacerdote y víctima al mismo tiempo, sacrificaría su vida para liberarnos del pecado y para restaurar la amistad entre Dios y los hombres.
Este grupo incluía a María, su prima Isabel (Lc. 1, 41-46), el viejo Simeón (Lc. 2, 30-32), la profetisa Ana (2, 38) y sobre todo Juan el Bautista (Mt. 3, 2-12) y a los esenios, secta que los recientes descubrimientos del Mar Muerto nos han permitido conocer mejor y a la que pertenecía Juan el Bautista.
4. Los versículos bíblicos referentes a "Jesús" son traducciones incorrectas
Atreves de la historia se han dicho un sin número de falsas teorías de que la Biblia no es verdadera. Sin embargo, estas teorías no tienen fundamento y solo se basan en la incredulidad de quienes no quieren aceptar la palabra de Dios.
5. La creencia judía se basa en una revelación nacional
Como ya revisamos, los judíos esperaban un líder político que los liberara de la esclavitud de los Romanos. Sin embargo, esto no es lo que Dios había prometido en su palabra.
La verdad es que los judíos tenían tres concepciones erróneas sobre el Mesías:
- El reino mesiánico sería un período de prosperidad material obtenida sin cansancio ni molestias y en la liberación del dominio extranjero.
- Los rabinos concebían el Mesías futuro como un jefe político, el restaurador de la dinastía davídica.
- La tercera corriente hacía coincidir la venida del Mesías con el fin del mundo. El reino mesiánico se realizaría en la otra vida (visión escatológica).
Sin embargo, Jesús no se ajustó a ninguna de estas concepciones. En su lugar, nos dio una revelación más profunda y más verdadera sobre quién es Dios y quién somos nosotros ante Él.
Al final, los judíos no entendieron y no entienden correctamente la palabra de Dios y la voluntad misma del Padre. Sin embargo, Jesús nos da la oportunidad de entender y de creer en Él como el Mesías verdadero. Al creer en su nombre, podemos ser hijos de Dios y heredar la vida eterna. Como dice el Evangelio según San Juan 1,11-12: “11. Vino a su propia casa, y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les dio capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su Nombre”.