La fe en acción: El milagro de los cinco panes y los dos peces
Ciertamente no queremos enfocarnos en esta ocasión en el tema sobre el milagro mismo, pues creemos verdaderamente que Dios Todopoderoso, creador del universo, es capaz de hacerlo a voluntad propia.
En muchos de los milagros que obró Jesús, pedía que las personas pusieran algo de su parte, aunque sea algo pequeño. Para dar de comer a las multitudes, pidió unos pocos panes y peces, con eso multiplicó y hasta quedó de sobra (Mateo 14:17-21). Para curar al ciego de nacimiento, le pidió que fuese a lavarse la cara en el pozo, aún estando ciego (Juan 9:1-7). Para curar al tullido, le pidió que se levantara y tomara su camilla (Juan 5:6-9). Para proporcionar el vino en Caná, pidió a los sirvientes que llenaran los cántaros con agua (Juan 2:3-10). Cuando Jesús pasaba a través de Samaria y Galilea, entró en un pueblo, y le salieron diez leprosos, se detuvieron a distancia y le gritaron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». Al verlos, Jesús les pidió algo: «Vayan y preséntense con los sacerdotes» (Lucas 17:11-19).
En cada milagro, Jesús pedía la manifestación de la fe en algún acto concreto por parte de quien esperaba el milagro.
La perspectiva de Felipe y Andrés
Juan 6:3-4
[3]Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos.
[4]Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos.
Tan importante saber esto sobre la Pascua judía, pues en el Antiguo Testamento, fue Moisés quien daba de comer, fue Moisés el que liberó al pueblo, fue Moisés quien daba en el momento que el pueblo padecía hambre, pidió y robó Dios para que encendiera algo de comer y cayó el maná. Esto es prefigura.
Juan 6:5-6
[5]Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?»
[6]Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer.
Ahora no encontramos la situación. Aparecieron mucha gente que quería escuchar la prédica de Dios, querían escuchar la palabra de la boca de Jesucristo. Bien, llama a Felipe a su apóstol y le dice: «Quiero hacer una pregunta». Muchas veces, Dios nos pregunta, nos manda una misión, no elige en medio de muchos para algo es importante. Resaltar la actitud de.
Juan 6:7
[7]Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.»
Felipe contestó con mucha desconfianza a Jesucristo, anunciado ya había obrado muchos milagros, pero en ese momento, Felipe se enfocó en lo material, en lo físico, a la capacidad del hombre en dar de comer, de alimentar, de nutrir a tantas personas.
Juan 6:8-9
[8]Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro:
[9]«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?»
Vemos a Andrés, hermano de Simón Pedro, hay un muchacho que tiene panes y peces, la actitud de Andrés en buscar una solución, enfocar en positivo y acercarse a entregarle el problema, la dificultad algo que él y los apóstoles no podían resolver, porque él hablaba de 5000 hombres, como sabemos la escritura cuando habla de hombres, no refiere a la cantidad de mujeres, niños, bebés.
No podemos imaginar porque hay números y números de posiblemente la cantidad que sean el doble, sean 10000. Lo importante es la actitud de Andrés que entrega lo poco que tiene de un niño que trae cinco peces y dos panes. El 7 significa perfección, y eso alcanza para todos. Cuántas dificultades tenemos nuestras comunidades, familias que parece que no se podrán resolver, pero entregando a Jesús, el Cristo, podemos encontrar una solución que alcance a todos los problemas que tenemos.
Juan 6:11-14
[11]Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados, y lo mismo los peces, todo lo que quisieron.
[12]Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda.»
[13]Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.
[14]Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.»
Aunque de gran importancia el milagro, no nos debemos quedar en el milagro, sino la obra de Dios, la misericordia de Dios, el amor de Dios, a ese pueblo. Esta era una señal importante, el cual buscó a través del milagro darse a entender que él es el Mesías, el hijo de Dios viviente, y de que no era como un profeta, como fueron otros tantos, no era un rey como ellos pensaban, y no era un dios como imaginaban que vendría.
Ahora bien, todo esto fue hecho para la conversión. Cada milagro, no encontramos cada obra de misericordia de Dios, es para la conversión, es para reconocer a Jesucristo como nuestro señor, porque es importante que en ese milagro en mi vida sea un signo transformador.
¿Ahora mi pregunta?
Frente a los problemas, yo seré como Felipe y me hundiré en la impotencia, en la incapacidad, en la mediocridad, como actitud frente a los problemas. ¿O haré y entregaré a Cristo para que Cristo se ocupe de mis cosas y yo haré lo que él me diga, como él me diga, cuándo es mi día, para que mi vida cobre sentido en Cristo Jesús.