Santos de la Iglesia primitiva
Santo: Persona considerada digna de veneración,
Los santos son hombres y mujeres. Protomártires de la Santa Iglesia Romana, que, acusados de haber incendiado la Urbe, por orden del emperador Nerón unos fueron asesinados después de crueles tormentos, otros, cubiertos con pieles de fieras, entregados a perros rabiosos, y los demás, tras clavarlos en cruces, quemados para que, al caer el día, alumbrasen la oscuridad. Eran todos discípulos de los Apóstoles y fueron las primicias del martirio que la iglesia de Roma presentó al Señor († c. 64).
Esteban fue un diácono de la Iglesia primigenia de Jerusalén nació el Año 5 d.C y protomártir del cristianismo. Se granjeó la enemistad de varias sinagogas por sus enseñanzas. Fue acusado de blasfemia. En su juicio, Esteban dio un largo discurso criticando a las autoridades judías que le juzgaban. Fue condenado a la lapidación el año 34 d.C en Jerusalén Israel. Fue contemplado por Saulo de Tarso, un Fariseo que, posteriormente, se hizo seguidor de Jesús.(Cfr Hch 7.54-60 )(Hch 8.1-3)
Las Escrituras también nos dicen que los fieles cristianos del primer siglo que estaban vivos eran llamados ‘santos’.
Sucedió, entonces que yendo Pedro a todas partes llegó también a los santos que moraban en lidda. (Hechos 9.32)
Él dándole la mano, la puso en pie y habiendo llamado a los santos y a las viudas, se la presento viva. (Hechos 9.41)
Por tanto, hermanos santos, participantes de la vocación celestial, considerad al Apóstol y Pontífice de nuestra profesión, Cristo Jesús; (Heb. 3.1)
Saludad á todos vuestros pastores, y á todos los santos. Los de Italia os saludan. (Heb. 13.24)
Sin la santidad nadie verá al Señor Hebreos 12.14).
Veamos el martirio de los Apóstoles de Jesús:
S AN PEDRO. Murió crucificado. El historiador romano Tácito narra cómo a los cristianos se les colocaba pieles de animales para ser devorados por los leones y los mastines en el circo, o untándoles grasa de cerdo para ser luego amarrados a los postes en los jardines imperiales o en la Vía Apia, como antorchas humanas en la noche. Así se cumple la célebre frase de Tertuliano: “la sangre de los mártires es semilla para nuevos cristianos” (cfr. Ap 18,24).
El apóstol Pedro fue hecho prisionero en la cárcel Mamertina, y luego crucificado boca abajo cerca al circo romano, en la colina vaticana. Allí fue enterrado por sus seguidores en un cementerio contiguo; se decía que una pared de color rojo marcaba el lugar.
SAN ANDRÉS. Murió Crucificado, hasta en ello se ve la fraternidad con Pedro. En Patrás, pidió ser colocado en una cruz distinta de la de Jesús, en forma de aspa, con los dos maderos cruzados en diagonal… que por eso se llama: cruz de san Andrés.
SANTIAGO EL MAYOR. El hermano de Juan, el primero en beber del cáliz de la pasión. el primero de los apóstoles en recibir el martirio. A inicio de los años 40 del siglo I, el rey Herodes Agripa, nieto de Herodes El Grande, “por aquel tiempo echó manos de algunos de la Iglesia para matarlos e hizo morir por la espada a Santiago el hermano de Juan” (Hch 12,1-2).
SANTIAGO EL MENOR. Hijo de Alfeo, pariente de Jesús, es el escritor de la carta Santiago, la más antigua información sobre la muerte de este santo nos la ofrece el historiador Flavio Josefo; fue decidida por el sumo sacerdote Anan, hijo del Anás que aparece en los evangelios, el cual aprovechó el intervalo entre la destitución del procurador Festo, y la llegada de su sucesor Albino, para decretar su LAPIDACIÓN, en el año 62.
SAN JUAN. San Juan murió pacíficamente en Éfeso hacia el tercer año del reinado de Trajano, es decir hacia el año cien de la era cristiana, cuando tenía la edad de noventa y cuatro años, de acuerdo con San Epifanio.
SAN MATEO. Algunas tradiciones afirman que fue martirizado en Etiopía. Dice la tradición: evitando el matrimonio de una virgen con el Rey Hitarco. el preciso momento en que terminaba la misa, cuando aún estaba ante el altar orando con los brazos extendidos hacia el cielo, un sicario enviado por el rey se acercó a él, le clavó una espada en la espalda, lo mató y lo convirtió en mártir.
En cambio, de acuerdo con Epifanio de Salamis –obispo de Chipre–, Mateo murió en Hierápolis (en Partia) y quien sí sufrió martirio en Etiopía habría sido Matías, el sustituto de Judas Iscariote. … Según la tradición, sus restos se conservan en Salerno (Italia).
SAN FELIPE. Según narraciones posteriores, Hechos de Felipe y otras, evangelizó Grecia y después Frigia donde habría afrontado la muerte, con un suplicio que según algunos fue crucifixión y otros, lapidación.
SANTO TOMÁS. Gondóforo, rey de la India, lo había contratado, pero por la fe tuvo disgustos con él. Mientras pronunciaba una amenaza hacia el apóstol, se apoderó de una espada y con ella atravesó el corazón del apóstol. Así murió Tomás. Los cristianos recogieron el cuerpo del mártir y lo enterraron con sumo honor.
SAN BARTOLOMÉ. A partir de la Edad media, se impuso la narración de su muerte desollado, que llegó a ser muy popular. Por eso Miguel Angel, en la capilla Sixtina, pinta a San Bartolomé sosteniendo en la mano izquierda su propia piel.
SANTOS SIMÓN Y JUDAS: La tradición dice que los persas aserraron a Simón en dos partes, razón por la que se le representa con una sierra, y a San Judas le aplastaron la cabeza con un mazo, razón por la que se le representa con este instrumento. Según otra tradición, en verdad fue atravesado con una alabarda (lanza), razón por la que también es recurrente encontrarle en representaciones iconográficas con este instrumento.
JUDAS ISCARIOTE, SAN MATÍAS: Como todos sabemos Judas Murió ahorcado. Matías le sustituyó. San Clemente y San Jerónimo dicen que San Matías había sido uno de los 72 discípulos que Jesús mandó una vez a misionar, de dos en dos. Una antigua tradición cuenta que murió crucificado. Otra que murió lapidado, arrojaron piedras sobre él y lo decapitaron. Por la forma en la cual lo decapitaron, los carniceros le tienen mucha devoción. Lo pintan con una cruz de madera en su mano razón por la cual los carpinteros le tienen también especial devoción.
El reconocimiento especial de algunos miembros de la Iglesia a través de los siglos tiene el propósito de ponernos un ejemplo a seguir, pues todos estamos llamados a la santidad:
Lv 19,2. Sed santos por que yo Yahvé su Dios soy Santo…
La santidad constituye la misma esencia de Dios, pues todo en él es bueno, y solo él es verdaderamente Santo. El llamado a alcanzar la santidad, parece ser imposible sobre todo si queremos alcanzar la santidad perfecta de Jesús como hombre. Es por eso que la Iglesia hace un reconocimiento y rinde homenaje a los hermanos que han hecho méritos para imitar a Jesús con la gracia de él mismo
No podemos alcanzar la santidad de Jesús, pero si la santidad de estos hermanos que la Iglesia nos pone como ejemplos. Una gran nube de testigos que han hecho todo por Cristo y cortado con el pecado en su vida, unos prefirieron morir antes que ofender a Dios.
Esta nube de testigos, (aunque haya muchos sin ser reconocidos) es una inspiración para luchar por la santidad a la que estamos llamados todos los cristianos. Esta santidad que han demostrado esos hermanos, pasa a confirmar la santidad de la Iglesia Católica (Ef 5,25-27), y no porque todos los católicos seamos unos beatos, sino porque Jesús su fundador, es Santo. Así santificados ellos, tenemos a unos buenos imitadores de Cristo.
1 Co 11,1… sed imitadores míos, así como yo lo soy de Cristo
Estos solo por dar ejemplo, no tuvieron las mismas virtudes, es por eso, que muchos santos son nombrados “patrones” de algo en especial sin quitar nada al Patrón de patrones que es Jesucristo.
La Iglesia no hace santos, la iglesia los declara santos porque anduvieron muy cerca de Dios, quien es Todo Santo. La Iglesia no declara que tal o cual persona vivió en santidad para hacerla competir con Cristo, nadie compite con la santidad de Cristo, sino que Cristo es glorificado con la santidad de estos hermanos proclamados, pues ¿Que mejor honra podría tener el Todo Santo que alguien le haya imitado? Jesús nos invitó a seguirle y a ser santos (Mt 5,48) ¿Por qué perder esa oportunidad?
El señor nos bendiga y nos guarde para la vida eterna.