Por qué leer la Biblia
Un llamado a la lectura y la meditación de la Palabra de Dios
En muchas ocasiones nos hemos hecho esta pregunta: ¿Por qué debo de leer la Biblia? Y para responder a esta interrogante, vamos a recurrir a ella misma.
En el libro de Josué nos dice: “Que no se aparte de tus labios el libro de esta Ley. Medítalo día y noche para llevar a la práctica todo lo que está escrito en él. Así triunfarás en tus caminos y tendrás éxito” (Jos. 1,8).
Las escrituras nos señalan que Dios le recomienda a Josué que, si quiere triunfar en sus caminos, que tenga presente la escritura todo el tiempo, es decir, que debe de vivir inmerso en las escrituras, que se debe de entregar a su contenido sin excepción. Por lo tanto, debe de confiar total y plenamente en ella.
San Pablo nos dice en la segunda Carta a Timoteo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argumentar, para corregir y para educar en la justicia” (2Ti 3,16).
La Biblia sirve para:
- Enseñar: Asumir roles que el Señor nos ira revelando, como maestros, y aprender a degustar las palabras que están explicadas en sus páginas.
- Argumentar: Defender nuestra fe, la doctrina en la cual nosotros creemos y hemos creído para nuestra salvación, estudiando profundamente las escrituras bajo la guía del magisterio de la Iglesia.
- Corregir: Reprender a los hermanos que pertenecen a nuestra comunidad, y hacerlo de una manera fraternal, en el amor de Dios, y poder de esta manera salvar un alma.
- Educar: Ser catequistas, formadores de la fe, y conocer correctamente las escrituras para crecer espiritualmente.
El magisterio de la Iglesia nos invita a la lectura de la Biblia. En el Catecismo, los numerales del 101 al 141, y en la Constitución dogmática DEI VERBUM sobre la divina revelación del Concilio Vaticano Segundo, se nos indican varias razones por las cuales nosotros debemos de emprender la lectura, meditación y comprensión de la Escritura.
La palabra de Dios en nuestras vidas
La palabra de Dios se difunde y resplandece a través de la lectura y el estudio de los Libros Sagrados. En ella, Dios nos habla personalmente a cada uno de nosotros. Jesús mismo es quien está presente en cada hoja de la Biblia, “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios” (Jua 1,1).
Si en verdad amamos a Jesús, que entregó su vida para salvación de todos aquellos que en Él creen (San Juan 3,16), debemos de amar leer todos esos versos de amor que nos dice al corazón todos los días por medio de su palabra Escrita.
Un llamado a la acción
Como creyentes, debemos de amar leer la Biblia y vivirla en nuestras vidas. De esta manera, podemos crecer espiritualmente, defender nuestra fe y salvar almas. La palabra de Dios nos da la vida, y debemos de darle prioridad en nuestras vidas.