Vida Moral y Testimonio Misionero
La vida moral es un culto espiritual que nos permite ofrecer nuestros cuerpos "como una hostia viva, santa, agradable a Dios" en el seno del Cuerpo de Cristo. En la liturgia y en la celebración de los sacramentos, plegaria y enseñanza se conjugan con la gracia de Cristo para iluminar y alimentar el obrar cristiano.
I. Vida Moral y Magisterio de la Iglesia
La Iglesia, "columna y fundamento de la verdad", recibe de los Apóstoles el mandato de Cristo de anunciar la verdad que nos salva. El magisterio de los pastores de la Iglesia en materia moral se ejerce ordinariamente en la catequesis y en la predicación, con la ayuda de las obras de los teólogos y de los autores espirituales.
II. Los Mandamientos de la Iglesia
Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida moral referida a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El primer mandamiento exige a los fieles que santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor y las fiestas litúrgicas principales. El segundo mandamiento asegura la preparación a la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación. El tercer mandamiento garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor. El cuarto mandamiento asegura los tiempos de ascesis y de penitencia. El quinto mandamiento enuncia que los fieles están obligados de ayudar a las necesidades materiales de la Iglesia.
III. Vida Moral y Testimonio Misionero
La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el anuncio del Evangelio y para la misión de la Iglesia en el mundo. Los cristianos, por ser miembros del Cuerpo, contribuyen a la edificación de la Iglesia mediante la constancia de sus convicciones y de sus costumbres. La Iglesia aumenta, crece y se desarrolla por la santidad de sus fieles.
Evangelizar con la Vida
El Papa Francisco explica que evangelizar no es vanagloriarse, ni una mera función, tampoco es hacer proselitismo. Evangelizar es dar testimonio de Cristo con la propia vida, anunciarlo con la palabra y hacerlo desde el corazón acompañando a otros en el camino de la fe.
- Según Pablo, "no lo hago para gloriarme, al contrario, es para mí una necesidad imperiosa". Un cristiano tiene la obligación, con esta fuerza, como una necesidad, de llevar el nombre de Jesús, desde su mismo corazón.
- Para que la evangelización no termine convirtiéndose en una mera "función", es necesario que el estilo que asuma el fiel cristiano sea el de "hacerse todo para todos". "El estilo es ir y compartir la vida de los demás, acompañar en el camino de la fe, hacer crecer en el camino de la fe".
- El Papa alentó a ponerse en la condición del otro, a acercarse, asistir y ayudar. Se evangeliza con la actitud de la misericordia y con el testimonio de la propia vida.
Referencias Bíblicas
- Juan 15,26-27: "Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí."
- Exodo 16,33-34: "Dijo, pues, Moisés a Aarón: 'Toma una vasija, pon en ella un gomor lleno de maná, y colócalo ante Yahveh, a fin de conservarlo para vuestros descendientes'."
- Marcos 13,9: "Pero vosotros mirad por vosotros mismos; os entregarán a los tribunales, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mi causa, para que deis testimonio ante ellos."
- Mateo 24,14: "Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin."
- Lucas 4,22: "Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: '¿No es éste el hijo de José?'"
- Juan 1,6-9: "Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él."
- Juan 8,14-20: "Jesús les respondió: 'Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy'."
- Juan 8,18: "Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí."