La doctrina de "salvo para siempre"
Muchos grupos protestantes creen que una persona que acepta a Jesucristo como su Salvador es salva y lo queda para siempre, sin importar sus acciones posteriores. Sin embargo, esta doctrina es nueva y no se encuentra en ninguna parte de la Biblia.
¿Qué enseñó Jesucristo sobre la salvación?
Jesucristo es claro en su enseñanza sobre la salvación. En el capítulo 15 del Evangelio de Juan, dice: «Soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.» (Juan 15, 1-4)
Jesucristo enseña que no basta con estar en él, también hay que dar frutos. Quien no da frutos será cortado y arrojado al fuego. Esto significa que si la salvación no se perdiera, entonces las ramas que no dan fruto no serían cortadas.
¿Qué enseñaron los primeros cristianos?
Los primeros cristianos enseñaban que la salvación no es solo una cuestión de creer, sino también de perseverar hasta el final. San Pablo dice: «Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué… Si no, ¡habríais creído en vano!». (1 Corintios 15, 1-2)
San Pablo también nos exhorta a trabajar con temor y temblor por nuestra salvación. Esto indica que la salvación no es algo asegurado, sino algo que depende de nuestra perseverancia.
¿Qué dice la Biblia sobre la posibilidad de perder la salvación?
La Biblia enseña que la salvación no es algo que se pierde automáticamente, pero sí que alguien que no persevera en la fe puede perder la salvación. San Pablo dice: «Así, pues, el que crea estar en pie tenga cuidado de no caer.» (1 Corintios 10, 12)
También dice: «Castigo mi cuerpo y lo tengo bajo control, no sea que después de predicar a otros yo me vea eliminado». (1 Corintios 9, 27)
La Biblia también nos habla de personas que han sido iluminadas y han probado el don celestial, pero después de haber cedido a la tentación han vuelto a caer. San Pedro dice: «Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro, y a pesar de todo cayeron, se renueven otra vez mediante la penitencia, pues crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia.» (Hebreos 6, 4-6)
Conclusión
La doctrina de "salvo para siempre" no es una doctrina cristiana. La Biblia enseña que la salvación no es algo que se pierde automáticamente, pero sí que alguien que no persevera en la fe puede perder la salvación. Es importante trabajar con temor y temblor por nuestra salvación y pedir al Señor el don de la perseverancia para que podamos estar de pie hasta el final.
Pidamos al Señor el don de la perseverancia
Pidamos al Señor el don de la perseverancia para que podamos estar de pie hasta el final. Recuerda que la mejor forma que el demonio tiene de robarte la salvación es hacerte que bajes la guardia, haciéndote creer que todo está bajo control. Estén despiertos y recen para que no caigan en la tentación. El espíritu es animoso, pero la carne es débil. (Mateo 26, 41)