¿Todos somos Iglesia sin importar religión?
¿Es cierto que todos somos la Iglesia de Cristo sin importar religión?
El tema de la religión universal es utilizado frecuentemente en estos días en los que se evidencia la necesidad de tener una fe, porque se alude al tema de la tolerancia respecto a los pensamientos de los demás y ciertos fenómenos sociales como la denominada nueva era; pero muchas veces la tergiversación de la información disponible, se ha convertido en la mayor enemiga de la verdad, específicamente si hablamos sobre algunos temas como el ecumenismo.
El ecumenismo se entiende como el esfuerzo organizado para lograr la cooperación y la unidad entre los cristianos, el cual ha sido plasmado en diversos documentos como en el concilio Vaticano II (Declaración: Nostra Aetate y Decreto: Unitatis Redintegratio), Evangélicos y Católicos juntos: Misión cristiana en el tercer milenio (1994, Declaración conjunta entre protestantes y católicos en América del Norte) o la carta encíclica Ut unut sint! (1995, Juan Pablo II).
Más aún, algunas citas bíblicas como Mt 28, 19a: “Vayan, entonces y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” en el que se muestra la universalidad del llamado o Gal 3, 28: «Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre esclavo y hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer, pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús», las cuales fácilmente pueden ser manipuladas.
Además, se encuentra el aspecto referente al New Age (Nueva era), en el cual el sentido ecuménico se extendería para ser un movimiento que promueve unidad mundial entre todas las religiones a través de una mayor cooperación, mediante un pensamiento neo – gnóstico (misticismo gnóstico), el relativismo y subjetivismo reinante y la constante influencia de las filosofías orientales
Frente a ello, tenemos dos pilares para sustentarnos:
1) La Biblia no es un libro de historia, es una gran colección de libros escritos en diferentes géneros literarios, la cual fue “ordenada” en el Concilio de Roma del año 382, instituyendo el Canon Bíblico y en el año 405 aparece este con los 73 libros ya existentes y fijado como dogma en el concilio de Trento.
2) La Tradición Apostólica, es la Palabra revelada por Dios que no pasó a ser escrita en la Biblia pero que sigue viva en la Iglesia Católica, a través de la sucesión apostólica como se expresa en Mt 16, 18: “Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a edificar MI IGLESIA” y que es constantemente negada por el protestantismo gracias entre otras acciones a la libre interpretación de la Biblia.
Pero, ¿cuál debería de ser nuestra postura?, lo claro es que todo creyente constituye parte importante del llamado; mas debemos tener 2 posiciones en mente siempre:
1) Si aquellos con los que nos estamos uniendo, son verdaderamente cristianos en el sentido bíblico de la palabra, es decir, cuando no se comprometen las doctrinas fundamentales de nuestra fe, ver Mt 7,21 y 1Pe 3,15
2) Teniendo claro el objetivo final de esta iniciativa ecuménica, sin ignorar el evangelio y manteniendo un claro testimonio ante el mundo, ver Lc 8,39; Fil 1,7 y una cita de San Jerónimo sobre la importancia de la palabra.
En suma, todos somos iglesia de Cristo donde todo creyente constituye parte importante del llamado; pero no sin importar la religión, cuando no se compromete la doctrina respecto a las creencias fundamentales de la fe cristiana, si no se deshonra o ignora el evangelio, si se puede mantener un claro testimonio ante el mundo, y si Dios es glorificado, entonces podemos de manera libre y gozosa, unirnos en la búsqueda del reino de Dios.