Los Dogmas Marianos
Definición de Dogma
Un dogma es una proposición tenida por cierta y como principio innegable. También se define como un conjunto de creencias de carácter indiscutible y obligado para los seguidores de cualquier religión. En otras palabras, un dogma es una verdad de fe innegable.
La Iglesia define algunas verdades como dogmas de fe no para que empiecen a ser verdad, sino para que esas verdades que siempre han existido sean obligatorias creerse a partir de su definición como dogma. Esto se debe a la aparición de errores en algún momento de la historia, lo que obliga a la Iglesia a declarar lo que siempre ha sido verdad de una manera innegable.
Los 4 Dogmas Marianos
Estos dogmas más que engrandecer la figura de María, son establecidos para engrandecer a Jesucristo, por medio de María.
La Maternidad Divina
El dogma de la Maternidad Divina se refiere a que la Virgen María es verdadera Madre de Dios. Fue solemnemente definido por el Concilio de Efeso en el año 431.
El Concilio de Efeso, del año 431, definió: «Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema.»
El Concilio Vaticano II hace referencia al dogma así: «Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades» (Constitución Dogmática Lumen Gentium, 66).
La Inmaculada Concepción
El dogma de la Inmaculada Concepción establece que María fue concebida sin mancha de pecado original. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.
«Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles.»
La Perpetua Virginidad
El dogma de la Perpetua Virginidad se refiere a que María fue virgen antes, durante y perpetuamente después del parto.
«Ella es la Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo cuyo nombre será Emanuel» (Cf. Is., 7, 14; Miq., 5, 2-3; Mt., 1, 22-23) (Const. Dogmática Lumen Gentium, 55 – Concilio Vaticano II).
«La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo «lejos de disminuir consagró la integridad virginal» de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María como la ‘Aeiparthenos’, la ‘siempre-virgen’.» (499 – Catecismo de la Iglesia Católica)
La Asunción
El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, luego de su vida terrena, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial.
Este dogma fue proclamado por el Papa Pío XII el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.
«Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo».