María, modelo de fe importancia para los cristianos
Todo verdadero cristiano tiene que amar y venerar a María, pues es la Madre de nuestro Salvador, llena de gracia, la bienaventurada, llena del Espíritu Santo.
María es la Madre de Dios, no porque se le haya ocurrido a la Iglesia Católica, como dicen muchos hermanos protestantes, sino porque la misma Palabra de Dios, el Espíritu Santo a través de los labios de Isabel, así lo proclama. Cuando la llama Madre de mi Señor, le está diciendo la Madre de mi Dios. Recordemos que Isabel era esposa de Zacarías, sacerdote de Dios y por lo tanto, no era ignorante sobre el sentido de sus palabras; además, lo dijo estando llena del Espíritu.
- Según Lucas 1.43,45: ‘¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!’
- Juan 20,27-29 describe una situación similar, donde Jesús dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.»
Decir que María es solamente madre de la naturaleza humana de Jesús, como dicen los hermanos separados, es una completa herejía, puesto que Jesús es Dios-Hombre, es una persona con dos naturalezas indivisibles. Las profecías de María siempre relacionan con Jesús, pues María como buena creyente no se separa de Dios y la palabra.
- Según Mateo 1.22: “Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: la virgen concebirá y dará a luz un hijo.”
- Isaías 7.14 también lo menciona: “El Señor, pues, les dará esta señal: La joven está embarazada y da a luz un varón a quien le pone el nombre de Emmanuel.”
Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. En este versículo vemos algo muy interesante y sencillo de entender que muchos se niegan a creer.
- En Lucas 1.38, María se muestra como una servidora del Señor, diciendo: “Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.” Una actitud de obediencia y sumisión que es admirable.
- En Mateo 26.42, Jesús también oró, diciendo: “Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad.”
María también guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior. Según Lucas 2.19, “María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.”
La importancia de María en la Biblia se ve en la promesa de Dios a Eva en Génesis 3.15: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.” María es descendiente de David y Eva, y es la que tiene sangre real.
- Según Romanos 1.2, Jesucristo es descendiente de David según la carne.
- En Apocalipsis 12, María es anunciada como la mujer revestida del sol con doce estrellas como corona.
María es anunciada en Apocalipsis como una mujer especial, no existe una iglesia sin María presente orante dando testimonio y guardando en su corazón. Si queremos ser seguidores de Cristo debemos de imitar a quien siguió los pasos desde que nace antes de que naciera hasta el último día de su vida, con un simple “sí” a la voluntad de Dios, sin cuestionar nada.
- En Lucas 11.28, Jesús dice: “Pero él dijo: ‘Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.’”
Anunciamos así que en esa mujer humilde Dios ha hecho tantas cosas y si Dios realizó de esa pobre mujer como nosotros no vamos a hacer lo mismo. Quien quiera ser primero que se haga el último, quien quiera ser servido qué sirve a los demás, qué ejemplo extraordinario además de Jesús encontramos en toda la escritura.
María nunca se la diosa María nunca estar al igual que Jesús como Dios, María está debajo de Dios pero en una veneración en un ejemplo puro inocente sencillo y amoroso. Seguir el ejemplo de María es vivir como verdaderos cristianos, seguidores como verdaderos amigos. Dios ha querido tener una madre y nos ha querido entregárselo. Si tú quieres ser un discípulo amado debes de llevar a María en tu casa, en tu corazón.