El don del Temor de Dios en nuestra vida
El Temor de Dios es un don del Espíritu Santo que nos permite vivir en una relación de amor y respeto con Dios. No se trata de un temor pánico o irrazonable, sino de un temor cariñoso a ofender a Dios, que nos hace querer vivir según Su voluntad.
El Temor de Dios en la Biblia
La Biblia enseña que las personas que viven una vida alejada de Dios y cometiendo pecados sin arrepentirse de ellos, viven sin temor de Dios. Esto se ve claro en la descripción de la persona que vive sin temor de Dios: "Sepulcro abierto es su garganta, con su lengua urden engaños. Veneno de áspides bajo sus labios maldición y amargura rebosa su boca... El camino de la paz no lo conocieron, no hay temor de Dios ante sus ojos" (Rom 3,13-18).
El don del Temor de Dios
El don del Temor de Dios nos ayuda a preparar el sitio al amor de Dios en nuestra vida. Cuando el amor de Dios crece en nosotros, el temor disminuye. El amor perfecto expulsa el temor, y cuando el amor de Dios llega a su plenitud, ya no hay temor de Dios (1 Jn 4,18).
El Temor de Dios en la vida de los Santos
San Juan Bosco recordaba a sus hijos que su madre les enseñó desde pequeños el temor de Dios, y les decía que Dios observa cada acción nuestra y que debemos portarnos bien. Todos los padres cristianos deben enseñar el temor de Dios a sus hijos desde pequeños.
Cómo obtener el Temor de Dios
Para obtener el Temor de Dios, debemos pedir a Dios en oración que nos dé la gracia de este don. También debemos pensar en la muerte y el juicio, y acordarnos de que todas nuestras obras serán juzgadas por Dios. Rezar el Rosario también nos ayuda a crecer en el amor de Dios, reconociendo nuestros pecados y pidiendo la intercesión de nuestra madre María.