Frutos del Espíritu
¿Qué son los frutos del Espíritu Santo?
Son perfecciones que se van formando en cada uno de nosotros por medio del Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna.
Estos frutos se van produciendo a lo largo de la vida Cristiana, después de recibir los siete Dones del Espíritu Santo, conjuntamente con las Virtudes Teologales, esto es en el Bautismo.
Los frutos de son 12 que nos enseña la palabra de Dios, y lo podemos ver en la cita de Apocalipsis 22 “Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, dos en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones.
En esta cita podemos ver que son doce los frutos del Espíritu, cabe mencionar que en Gálatas 5,22 el Apóstol no era su intención nombrar todos y cada uno de los frutos del Espíritu, según hacen referencia personalidades expertas en estudios Bíblicos.
Haciendo la referencia correspondiente, podemos ahora con claridad ver cuáles son los doce frutos del Espíritu:
1º AMOR.-
Es el primero de los frutos del Espíritu Santo, fundamento y raíz de todos los demás, quien da este fruto hace ver a Cristo en su vida. Tal y como lo cita la Palabra de Dios en Juan 13:34
“Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros”.
2º ALEGRÍA.-
Este fruto se origina del fruto del amor, a pesar de las tribulaciones diarias y situaciones que nos embargan, ese fruto no se apaga puesto que viene de la fuerza del Espíritu.
1era de Pedro 1: 8,9
“Ustedes lo aman sin haberlo visto; ahora creen en él sin verlo, y ahora se sienten llenos de una alegría inefable y celestial, al tener ya ahora eso mismo que pretende la fe, la salvación de sus almas”.
3º P A Z.-
Este fruto es la perfección del fruto de la alegría, puesto que cuando se encuentra la alegría esta se desborda en aquel objeto deseado y amado, que por excelencia Dios, y la paz llega de Él, que es “la paz del Señor” y de ahí se genera la seguridad que solo Dios puede dar en todos los aspectos de la vida del hombre, la serenidad y tranquilidad son reflejos inevitables de ese fruto en la persona.
Juan 16:33
“Les he hablado de estas cosas para que tengan paz en mí. Ustedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo”.
4º PACIENCIA.-
Sin lugar a dudas la persona que da este fruto, supera las perturbaciones que se generan durante la lucha diaria en la que estamos envueltos, contra el mundo y los placeres de la carne, con este fruto se facilita la relación con todo la creación, puesto que vence la tristeza y el sufrimiento, que los envuelve en un ambiente de armonía y espera amorosa.
Efesios 4:2
“Sean humildes y amables, sean comprensivos y sopórtense unos a otros con amor”.
5º LONGAMINIDAD.-
Longanimidad es el mismo coraje o el ánimo en las dificultades que se oponen al bien; es un ánimo sobrenatural para concebir y ejecutar las obras de la verdad. Este fruto permite al cristiano saber esperar la acción de la Divina Providencia, cuando ve que, según la lógica humana, se retrasa el cumplimiento de sus designios. Es un fruto que permite mantenernos perseverantes ante las dificultades.
Romanos 2:4
“Esto sería aprovecharte de Dios y de su inmensa bondad, paciencia y comprensión, y no ver que esa bondad te quiere llevar a la conversión”.
6º BENIGNIDAD.-
Es la condición continua y permanente a la indulgencia y afabilidad, las cuales nos ayudan a ser gentiles y a defender la verdad sabiendo discutir, con dulzura hacia los demás, es una señal muy grande de santidad de alma, por medio de la acción del Espíritu Santo.
Hebreos 5:2
“Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad”.
7º BONDAD.-
Es la fuerza que nos ayuda a ocuparnos del prójimo y beneficiarlo. Es como consecuencia de la benignidad pero de manera más incisiva en quien sufre y necesita ayuda. Quien da este fruto no critica malsanamente y tampoco condena a los demás; es más, ayuda a sanar a ejemplo de Jesucristo, la bondad infinita.
Gálatas 6:10
“Por consiguiente, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, y especialmente a los de casa, que son nuestros hermanos en la fe”.
8º MANSEDUMBRE.-
Este fruto se opone a la cólera y reacciones violentas, evita que la persona tenga sentimientos de venganza o de rencor por ofensas recibidas, hace que las palabras sean suaves antes la arrogancia o prepotencia de las personas, es el fruto que nos asemeja a Jesus, manso y humilde de corazón.
Mateo 11:29,30
“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso, Pues mi yugo es suave y mi carga liviana”.
9º FIDELIDAD.-
Quien da este fruto defiende la fe en público y no la oculta por miedo o vergüenza. La fidelidad es cierta facilidad para aceptar todo lo que hay que creer; es firmeza para afianzarnos en ello y tener la seguridad de la verdad que creemos sin sentir dudas. Al dar este fruto estamos glorificando a Dios quien es la verdad absoluta.
2da de Corintios 2:17
“Se encuentran con facilidad vendedores de la palabra de Dios, pero nosotros actuamos por convicción; todo procede de Dios y hablamos en Cristo, en presencia de Dios”.
10º MODESTIA.-
Este fruto quita de la persona todo lo excesivo y mal educado, de forma que pone en “MODO” la forma sencilla en el vestir, caminar, hablar, vivir…etc. Hace ser a la persona discreta y cuidadosa con su cuerpo, y así, llegar ser morada digna del Espíritu Santo.
1era de Pedro 3:3
“No se preocupen tanto por lucir peinados rebuscados, collares de oro y vestidos lujosos, todas cosas exteriores, sino que más bien irradie de lo íntimo del corazón la belleza que no se pierde, es decir, un espíritu gentil y sereno. Eso sí que es precioso ante Dios”.
11º CONTINENCIA.-
Como indica su nombre, ayuda a contener o a tener a raya la concupiscencia en lo que concierne al comer, al beber, al divertirse y en los otros placeres de la vida terrenal. La satisfacción de estos instintos es ordenada por la continencia como consecuencia de la dignidad de los hijos de Dios que tenemos. La continencia mantiene el orden en el interior del hombre.
Efesios 5:3
“Y ya que son santos, que la fornicación o cualquier clase de impureza o de codicia ni siquiera se mencionen entre ustedes”.
12º CASTIDAD.-
La castidad es la victoria conseguida sobre la carne y ayuda a que el cristiano sea más un templo vivo del Espíritu Santo. Quien da este fruto es cuidadoso y delicado en todo lo que se refiere al uso de la sexualidad. Quien es casto (ya sea virgen o casado) experimenta la alegría de la íntima amistad de Dios: felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.
1era de Tesalonicenses
“La voluntad de Dios es que se hagan santos y que rehúyan la fornicación. Que cada uno se comporte con su esposa con santidad y respeto, y no se deje llevar por pura pasión, como hace la gente que no conoce a Dios”