La participación del hombre en el plan de Dios
Finalmente, nuestro estudio nos lleva a comprender la participación del hombre en el plan de Dios, ya que sólo bajo esta perspectiva podemos entender la intercesión de los Santos.
Anteriormente, habíamos visto que todos formamos un solo Cuerpo en Cristo, y que además, Cristo es el único Mediador; pero así mismo, Cristo nos permite colaborar con su labor. La Palabra enseña:
Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos (1Heb 1-2)
Jesús mismo dijo: El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió (Lc 10, 16)
¿Es posible que Dios nos hable por medio de Jesucristo, pero que al mismo tiempo Jesús hable a través de los Apóstoles? En nada contradice que Jesús sea el encargado de hablar en nombre de Dios, y que al mismo tiempo Jesús lo haga a través de sus Apóstoles. En esto vemos como Dios permite al hombre colaborarle en su plan divino. En este ejemplo, los Apóstoles participan de la función de Cristo, no suplantándolo sino colaborándole, y es algo decidido por él mismo.
Dios desea vincular al hombre a su plan, por eso usa a Moisés para liberar a Israel, usa a David para derrotar a los Filisteos, usa a la Virgen para traernos a Jesús, usa a los ángeles como mensajeros; ¿afecta esto en algo su Omnipotencia? Para nada, solo logra mostrar como su amor se desborda en llevar su plan haciendo partícipe a su creación.
El apóstol Pedro lo expresará en su carta:
Su poder divino, en efecto, nos ha concedido gratuitamente todo lo necesario para la vida y la piedad, haciéndonos conocer a aquel que nos llamó por la fuerza de su propia gloria.
Gracias a ella, se nos han concedido las más grandes y valiosas promesas, a fin de que ustedes lleguen a participar de la naturaleza divina, sustrayéndose a la corrupción que reina en el mundo a causa de los malos deseos. (2 Pe 1, 3-4)
Dios nos permite ser partícipes de su naturaleza divina, al ser injertados en Cristo por medio del Bautismo, logramos ser llenos del Espíritu Santo como anticipo de lo que recibiremos como herencia en el Cielo. Así que, de este modo, los santos participan más perfectamente de la intercesión de Cristo, no añadiendo nada.
Otro punto importante sería analizar si Dios comparte su gloria con los hombres. Esta es una pregunta que los protestantes siempre responden con un rotundo NO, pero Jesús mismo los contradice:
Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. (Jn 17, 5)
Pero líneas abajo leemos:
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno (Jn 17, 22)
La gloria que es de Dios, Cristo se la da a su Iglesia, la está haciendo partícipe de esa gloria que sólo es de él. Y se entiende que esa gloria la logran recibir para la unidad en Cristo. De este modo, la intercesión de los santos jamás suplanta o reemplaza la intercesión de Cristo, sino que ellos participan de esa intercesión, al igual que Cristo nombra pastores, jueces, reyes, luz, siendo que él lo es.
Y así podemos ver que aunque de Cristo se diga que es capaz de interceder (Heb 7, 25), también en la Biblia los ángeles y santos lo hacen como participación de la intercesión de Cristo por estar en la comunión de su Cuerpo, y esto aplica para los que han muerto en su gloria como con mayor razón de la Santísima Virgen María.
La cooperación de Dios con el hombre
Dios no solo es el único autor de su plan, también nos permite colaborar con él. La cooperación es una característica clave de la relación entre Dios y el hombre. Dios no quiere que el hombre sea un mero espectador en su plan, sino que lo involucra como un participante activo.
La participación de los santos en la intercesión de Cristo
La intercesión de los santos no es una sustitución de la intercesión de Cristo, sino una participación en ella. Los santos pueden interceder por los hombres porque están en una estrecha comunión con Cristo y participan de su naturaleza divina.
La cooperación entre Dios y el hombre en la Biblia
La cooperación entre Dios y el hombre se ve reflejada en la Biblia en varios pasajes. Por ejemplo, Jesús dijo que el que escucha a sus apóstoles, también escucha a él (Lc 10, 16). Esto muestra que Dios puede hablar a través de los hombres.
Conclusión
En conclusión, la participación del hombre en el plan de Dios es una realidad clave en la teología cristiana. Dios no solo es el único autor de su plan, sino que también nos permite colaborar con él. La cooperación entre Dios y el hombre es una característica fundamental de la relación entre Dios y el hombre.