El Sedevacantismo: Una Posición Teológica Cismática
El sedevacantismo es una posición teológica cismática iniciada en el catolicismo en el año 1951, en el pontificado de Pío XII, que afirma que la Sede Apostólica de Roma se encuentra vacante, o sea en estado de sede vacante. Esta posición insiste en que la persona que ocupa una sede episcopal no ejerce de manera legítima su cargo, acusándola de herejía y de prácticas contrarias a la tradición, de ser modernista en la función de pontífice o Papado.
Esta posición nace del pensamiento e interpretación particular de que las acciones del pontífice son contrarias a la doctrina de Cristo y no las aceptan. Es importante destacar que en el pontificado de Pío XII se inició un debate sobre la planificación natural de la familia, lo que fue visto por algunos como una medida lícita para prevenir la concepción. Aunque Pío XII no apoyó explícitamente la planificación familiar, su discurso al Congreso de la Unión Católica Italiana de Obstetras planteó la posibilidad de esta medida, lo que fue visto como un paso hacia el modernismo.
El Concilio Vaticano II y sus Consecuencias
El Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II, que trazó una serie de novedades pastorales y de percepción de la teología de la Iglesia. Utilizando el dogma de la Infalibilidad Papal y tras el Concilio Vaticano II con sus varias declaraciones y decretos, se elaboró un nuevo catecismo que recogió una visión pastoral más actual con los tiempos. Sin embargo, muchos no aceptaron los cambios aprobados en el Concilio Vaticano II y optaron por una total ruptura con la Iglesia post-conciliar, esperando un Papa "idóneo" que se ajustara a su manera de pensar.
Rechazos y Consecuencias
El sedevacantismo observa varios rechazos claramente identificados, como el cambio en la misa, en la liturgia, en los sacramentos, el buscar ecumenismo (recordemos que el Concilio Vaticano II es un concilio ecuménico), y con todo esto consideran hereje y anticatólicos a los Papas a partir de Juan XXIII, o sea posteriores al Concilio. Consideran que la Iglesia en su situación actual está dedicada al modernismo y han formado toda una serie de ministerios y asociaciones independientes de rechazo y condena a la Iglesia Católica post-concilio.
La Situación Actual
Existen dos posiciones en cuanto al sedevacantismo: una que lo ve como una opinión teológica nada más, y la otra que lo considera una certeza teológica. La segunda posición es la que plantea una situación más complicada, ya que si los Papas a partir del Concilio Vaticano II son ilegítimos, entonces los cardenales nombrados por ellos también lo son. La disciplina ordinaria estable desde 1139 establece que los cardenales nombran a los Papas, lo que deja un vacío enorme en la Iglesia.
La Resolución de la Situación
Hay quienes dirán que tendrá que nombrarse un Papa que cumpla con las características que ellos pretenden, conforme a su propia doctrina. Otros nombrarán sus propios obispos y no sería raro que nombraran su propio Papa. Sin embargo, esta situación se vuelve compleja, ya que no es asunto de creer o no si los Papas son herejes. Un hereje no puede ser la cabeza de la Iglesia.
La Promesa de Cristo
Cristo fundó una Iglesia, visible, y dio su promesa de que estaría con ella TODOS LOS DÍAS hasta el fin del mundo. Además, estableció a Pedro como mayordomo, y no tendría sentido que esta mayordomía se terminara sin más ni más. El dogma de la Infabilidad Papal está mucho antes de este concilio y solo se ha aplicado dicho dogma. No es la primera vez que existan herejías y disputas en la Iglesia, de hecho muchos concilios se realizaron para acabar con las herejías. Habrá que esperar la providencia divina para que regresen nuestros hermanos y se sometan amorosamente a la Iglesia de Cristo.
Qué Debemos Hacer
Ante lo expuesto solo podemos decir y repetir Juan 17:20-22. Mucha oración hermanos, doblar rodillas ante el Santísimo y confiar en aquel que nos llevó de las tinieblas a la luz.