¿Quiénes y cómo se llega a la Santidad?
En este momento, queremos compartir con ustedes un tema muy debatido hoy en día: la santidad. Muchos creen que es algo imposible, pero Dios no nos llama a realizar cosas imposibles. Él nos habla en Levítico 19,2: "Ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo". El Padre del Cielo nos está demostrando que la santidad es algo alcanzable, es decir, que tú y yo podemos ser santos.
Todos pueden ser santos, porque todos estamos llamados a la santidad. Dios nos ha dicho que "ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo". La cuestión es entender cómo se llega a la santidad.
La santidad y la conversión son algo que debemos perseguir cada día. No se trata de conseguirlo en un momento y ya, sino de buscarlo todos los días. Debemos entender que la santidad no significa desaparecer de este mundo, sino seguir viviendo en él, lleno de pecados, debilidades y situaciones difíciles. En medio de todas esas dificultades, debemos optar por elegir a Jesús cada día. Así se llega a la santidad.
La Biblia nos muestra esto en la historia del joven rico que se acerca a Jesús en Mateo 19,16-22. Le pregunta: "Señor, ¿qué debo hacer para ganar el reino de los cielos y heredar la vida eterna?" Jesús le responde: "Cumple los mandamientos". El joven reitera: "Maestro, todo esto lo he cumplido", pero Jesús le dice: " Anda, vende todo lo que tienes y sígueme". Esto muestra que la acción para llegar a la santidad es cumplir el deber para lo que Dios nos llama.
La santidad nos enseña a apegarnos solamente a Dios. Como decía Don Bosco: "La santidad consiste en estar siempre alegre". Transmitir alegría a los demás y vivir una vida coherente con lo que Dios quiere para con nosotros es el camino hacia la santidad. Como dice la historia de Domingo Sabio, quien se sacrificaba y ayunaba para lograr la santidad, pero terminó triste y pálido. Don Bosco le preguntó: "Domingo, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás haciendo tanto sacrificio?" Le respondió que la santidad se consigue con el simple hecho del deber cumplido de cada día.
La Iglesia no determina un decreto que vuelve santo a nadie. Lo que hace es reconocer a través de un decreto la santidad de las personas que ya han vivido los méritos de santidad por la gracia divina de Dios. Existe un proceso para la Iglesia reconocer que alguien es santo, con 4 etapas: "Siervo de Dios", "Venerable", "Beato" y "Santo".
Hermanos, todos podemos ser santos. La manera para llegar a ser santo es optar por Dios cada día, amar a Dios por sobre todas las cosas y entregar nuestra vida por completo a Dios, viviendo en este mundo pero siendo diferentes al resto. Dios le bendiga a cada uno de ustedes.