Jesús es el Camino
Importante para la vida de fé, Jesús es el camino, la verdad y la vida.
En el diccionario podemos encontrar la definición así:
Camino (Varias definiciones)
“el camino” (en Griego Hē hŏdŏs – el camino).
1.- Vía de tierra por donde se transita habitualmente. EJEMPLO: Asaltarán el camino que comunica dos aldeas.
2.- Jornada, viaje, recorrido o ruta. EJEMPLO: Todavía nos queda un largo camino por recorrer
3.- La dirección que ha de seguirse para llegar a un lugar. EJEMPLO: Para llegar a tu casa debes tomar el camino a la derecha.
4.- Medio para hacer o conseguir alguna cosa, por ejemplo: Jesús el camino de la Gloria.
Juan 14, 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Cada cristiano esta en obligación de ser aquella zarza donde se posa el Ángel de Yave y que llamo grandemente la atención de Moisés(éxodo 3,2-6) así mismo nuestra experiencia (nuestro actuar) debe mostrar al enviado del Padre, para acercar a todo el que nos ve, a Dios.
Tú, la zarza en la que se posa el enviado, y tu actuar ese Fuego de Dios que llame la atención de muchos.
Pues bueno, a partir de aquí entenderemos de una mejor forma porqué Jesús es el camino.
Ya el Concilio Vaticano II nos pide descubrir las escrituras desde los ojos e Cristo. Y leimos que Jesús dice que YO SOY EL CAMINO. Ahora para el griego la palabra Hē hŏdŏs – traducido como el camino, significa para ellos el método, o sea que es la manera de lograr la vida eterna, pero se complementa o explica mucho mejor al tocar la segunda parte que dice, YO SOY LA VERDAD Y LA VIDA, mas ahora enfocaremos solo el camino.
Cuál es el camino que hoy nos propone Jesús y que camino es el que nos propuso cuando dijo que él era el camino.
Ese camino es su propia vida. Jesús pasó por este mundo haciendo el bien (Hechos 10,38) como dijo el apóstol. Este es uno de los problemas que topamos con Jesucristo, no entenderle, y parafraseando al Papa Francisco, no nos acostumbramos a un Dios humilde, queremos un Dios fuerte, un Dios que haga click y todo cambie para nuestra conveniencia, pero nos cuesta ver a ese Dios humilde, ese Jesucristo que vino a este mundo haciendo el bien.
Nos desveló al estilo de Dios en su humildad, ese fue su estilo de vida, se negaba a sí mismo para compadecerse del mas necesitado, del enfermo, del marginado y más aún restaura a la mujer en su condición de mujer como tal (gal 3, 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; *no hay varón ni mujer*; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Esto es de vital importancia para el cristiano, para nosotros. Seguir a Jesús es hacer su vida, es seguir eses camino de humillación y servicio. Al contrario el camino del maligno nos lleva a la mundaneidad, a esa vanidad y orgullo, a ese éxito a pesar de todo. Tenemos que aprender muy bien que significa ser seguidores de Cristo, que significa ser ese camino que él nos propuso, el camino justo de la vida cristiana. Verifiquemos constantemente si en realidad tenemos la congruencia y coherencia, si somos personas que le damos a nuestra vida de fe ese camino verdadero que es Cristo. Tomando nuevamente las palabras del Papa Francisco, habemos cristianos que somos testarudos, a mitad de camino, vagabundos, recuerdo que en su homilía en Santa Marta de mayo de 2016 nos dice que algunos parecemos cristianos momias, momias espirituales que no podemos ni hacer el bien ni el mal, vagabundos porque andamos de un lado al otro sin rumbo, testarudos porque queremos imponer nuestro criterio y no el de Jesús. Podemos desviarnos del camino, sucede, no es importante el equivocarse, si no, mas bien volver a ese camino que es nuestra meta.
¿Que tu quieres?, buscas la vanidad, la mundanidad, pasar esta vida tranquilo en tu casa??, nadie me molesta?? o seguir las obras de las bienaventuranzas, las obras de la misericordia? Porque el camino de Jesús, concluye el Papa, está lleno de consuelos y de gloria, pero también de la cruz, pero siempre con la paz en el alma. Con Cristo vamos a encontrar la paz, pero él nunca nos va a dejar en paz, tenemos que pedir al Espíritu Santo, que nos enseñe a caminar siempre en ese camino del bien, que nos indique cuál es la meta, nosotros vamos hacia la patria celestial, hacia la Gloria, ese es nuestro camino, por eso somos una Iglesia peregrina, una Iglesia que camina en este mundo, eso sí, con una meta muy clara: Con los ojos puestos en aquel que murió por nosotros en la cruz.
Ese es el camino que Jesús nos ofrece, el camino de la cruz pero el camino del consuelo, el camino de la vida eterna, pero un camino lleno de desviaciones por este mundo en que vivimos.
Confiemos en el amor de Dios, porque ese amor de Dios es el que nos va a guiar y nos va a dar la fuerza, confiemos que así como Cristo se humilló por cada uno de nosotros, nosotros nos vamos a dejar humillar por el mundo, sabiendo que ese mundo no nos va a dominar, no nos va a vencer, que lo que vivamos en este mundo lo vamos a poner en la misma cruz con Cristo. Cristo es el camino, tenemos que vivir como el vivió, tenemos que vivir el camino del amor y de la cruz, y nos puede tocar vivir ese camino de la cruz. El cristiano no está exento de vivir la humillación, el dolor y el sufrimiento, la gran diferencia es que en Cristo y con Cristo ese dolor va a ser mas liviano, mas sencillo. Si tu no conoces el dolor, si no vives el dolor, si no vives la Cruz , nsi no ovives la humildad de Cristo estamos mal. Si Cristo se hace mi camino, puedo pisar ese camino, puedo pasar por él, nuestra meta la vida eterna.