Evangelización en América – Colombia
Evangelización en Colombia
La Iglesia Católica se estableció en Colombia con el arribo de los conquistadores españoles en el siglo XVI. Junto con las expediciones de conquista venían misioneros de varias órdenes religiosas (especialmente dominicos, agustinos, franciscanos y jesuitas) que se encargaron de evangelizar a los pobladores indígenas, al tiempo que servían a los grupos españoles y criollos establecidos. Dichas órdenes fundaron conventos en distintos puntos del país, especialmente en la región Andina y en la Costa Caribe.
Al advenir la época colonial, se procedió a la creación de las primeras diócesis en Santa Marta, Cartagena, Santafé de Bogotá, Popayán Y Nueva Pamplona. A fines del siglo XVI surgen los primeros seminarios para el clero secular, el cual, por lo demás, siempre adoleció de baja formación en comparación con las órdenes religiosas. Por ello la mayor parte de los obispos durante los siglos XVI y XVII fueron religiosos. El clero secular se encargó de las parroquias de «españoles» y mestizos, y de las doctrinas que iban secularizándose debido a la reducción de la población indígena.
Es importante resaltar que no fue la Corona la que promovió en
una primera instancia el viaje de los frailes a América, sino que el
deseo de ir a evangelizar partió de la iniciativa de ellos mismos, a raíz
de los procesos de reforma interna llevados a cabo.
La Iglesia y el Estado
En la actual Colombia, como en toda América Latina, la Iglesia estuvo sujeta al Estado y sirvió a sus propósitos, durante toda la Época Colonial y parte del siglo XIX. Por ello, se encargó de fundar y dirigir colegios para la educación de las élites criollas (San Bartolomé, El Rosario y la Universidad de Santo Tomás), crear y sostener hospitales, ayudar en la burocracia colonial y en general, servir de instrumento de control y cohesión social.
En la Época de Independencia, el clero se dividió entre los que apoyaban al rey (realistas) y los que preferían la independencia absoluta (patriotas). El alto clero (obispos y dignatarios) prefirieron apoyar a los primeros, mientras que curas de parroquia y buena parte de los religiosos, a los segundos. Las investigaciones apuntan a que el papel desempeñado por el clero en la Independencia fue decisivo, pues contribuyó a la movilización y reclutamiento de personas (debido a su notable influencia en las gentes); llegaron incluso a servir como capellanes y jefes militares.
En 1968 se da la primera visita de un Papa, con Pablo VI, y en 1986 se produce la visita de Juan Pablo II a Colombia.
A partir de 1991
Con la Constitución de Colombia de 1991 el Estado colombiano deja de ser confesional católico, se reconoció la igualdad y libertad de cultos. Aunque el Estado no mantiene estadísticas oficiales de filiación religiosa, una encuesta del 2001 revelada por el diario El Tiempo, indica que un 80% de la población se declara católica.
El 31 de octubre de 2012 el Obispo Juan Vicente Córdoba, Secretario General de la Conferencia Episcopal Colombiana, anuncio que la Iglesia Católica buscaría feligreses en los centros comerciales, colocando parroquias en dichos establecimientos de comercio.3
La beatificación de Mariano de Jesús Euse Hoyos (el «padre Marianito») y de 7 religiosos de San Juan de Dios4 y, sobre todo, la canonización de la madre Laura Montoya, fundadora de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena (lauritas), tuvieron gran cubrimiento noticioso. Su aporte va más allá del aspecto religioso, llega a tener implicaciones etnográficas5 y políticas.6
En 2017 se da la visita del papa Francisco a Colombia.
Retomando los principios
1.- LOS MISIONEROS PISAN EL SUELO DE COLOMBIA.
El Español Alonso de Ojeda lideró a los exploradores que llegaron a la península de la Guajira en 1499, lo que constituye el primer contacto de los europeos con la actual Colombia.
Once años más tarde se inició la Historia de la Iglesia católica en Colombia con la fundación y evangelización de la segunda ciudad fundada en tierra firme por los españoles en América, nos referimos a Santa María La Antigua del Darien, en el actual departamento del Chocó de Colombia Vasco Núñez de Balboa fue su fundador en el año 1510, según lo cuenta el dominico Fray Bartolomé de las Casas en una de sus crónicas.
2.-EVANGELIZACIÓN DE LAS ZONAS COSTERAS DEL NORTE.
La evangelización continuaría tras la Fundación de Santa Marta en 1525 y Cartagena de Indias en el 1533. Dominicos y franciscanos inicialmente y posteriormente Jesuitas y Agustinos llevarían a cabo la cristianización de estas zonas.
TEMPLO DE SANTA MARIA MAGDALENA EN SANTA MARTA. COLOMBIA.
En 1528, fray García de Loaysa, envió veinte religiosos a América con destino a Santa Marta. Esta expedición iba dirigida por fray Tomás Ortiz, y uno de sus miembros fue fray Jerónimo de Loaysa que había sido designado obispo de Santa Marta tras la creación de la misma en sede episcopal.
CARTAGENA DE INDIAS.
Como se ha dicho anteriormente en junio de 1533, se fundó la ciudad de Cartagena de Indias dado que se pensó que su situación permitía la creación de un puerto útil para la colonización .Por lo mismo tres meses más tarde, se tramitó la creación de una diócesis en esta sede,. Como primer obispo, se eligió al dominico salmantino Fray Tomás de Toro preconizado el 24 de abril de 1534. Su gobierno fue breve, pues falleció dos años después, pero se enfrentó con los encomenderos, en especial contra Pedro de Heredia , debido a sus excesos con los indígenas.
HACIA LA ZONA CENTRAL.
Como en otros casos en el acceso a la zona central la presencia de la Iglesia fue fundamental en el proceso español del descubrimiento y la conquista, al lado de los descubridores y conquistadores va siempre algún eclesiástico con la mirada puesta en la evangelización de los nuevos territorios y sirviendo, en la mayor parte de los casos, de freno a las tropelías de los conquistadores.
6.- LA IGLESIA CATÓLICA TRAS LA INDEPENDENCIA.
La independencia de Colombia fue un proceso largo y sangriento manifestado en las varias fases de una guerra. La primera fase de la Guerra, de 1810 a 1816, se caracterizó por constantes luchas internas entre los defensores de la independencia.
BEATO MARIANO DI GESÚ EUSE HOYOS.
El “Padre Marianito”, tal como se le conoce, nació en Yarumal, municipio al norte del departamento colombiano de Antioquia, el 14 de octubre de 1845, en el seno de una familia profundamente católica.
Creció en un ambiente campesino del que recibió profundas experiencias que luego marcarían su vida con sencillez y reciedumbre de espíritu, además de la radicalidad de su entrega incondicional a su ministerio sacerdotal.