Por qué decimos que la Iglesia es Santa
La Iglesia Católica es una institución única, fundada por Cristo, que se caracteriza por ser Santa. Para entender este concepto, es importante conocer la enseñanza de la Iglesia sobre su propia santidad.
La Iglesia se considera Santa porque Cristo, el Hijo de Dios, la amó como a su esposa y se entregó por ella para santificarla. La Iglesia es el Pueblo santo de Dios, y sus miembros son llamados a ser santos (Catecismo de la Iglesia Católica, 823).
La Iglesia está unida a Cristo y está santificada por Él. Por Él y en Él, ella también ha sido hecha santificadora. Todas las obras de la Iglesia se esfuerzan en conseguir la santificación de los hombres en Cristo y la glorificación de Dios (Catecismo de la Iglesia Católica, 824).
La Iglesia es santa porque está ligada a Cristo, que es el Santo de los Santos. La caridad es el alma de la santidad a la que todos están llamados. Es el Amor el que hace obrar a los miembros de la Iglesia y que la hace radiante de santidad (Catecismo de la Iglesia Católica, 826).
Pero la Iglesia no es perfecta. Abarca en su seno a pecadores y debe buscar sin cesar la conversión y la renovación. Todos los miembros de la Iglesia, incluso sus ministros, deben reconocerse pecadores y trabajar en su santificación (Catecismo de la Iglesia Católica, 827).
La Iglesia reconoce el poder del Espíritu de santidad que está en ella y sostiene la esperanza de los fieles proponiendo a los santos como modelos e intercesores. La santidad de la Iglesia es el secreto manantial y la medida infalible de su laboriosidad apostólica y de su ímpetu misionero (Catecismo de la Iglesia Católica, 828).
Entonces, ¿por qué decimos que la Iglesia es Santa? Lo primero, porque no hay quien entre en ella si no estuviere lavado y santificado por el Bautismo, como dice el mismo Cristo. Lo segundo, porque todas sus ceremonias, ritos, sacramentos y determinaciones se ordenan a la santidad y a la virtud. Lo tercero, porque fuera de ella no hay virtud ni santidad. Lo cuarto, porque Cristo Nuestro Señor, que es cabeza y esposo de toda la Iglesia, es el Santo de los Santos (LG 65).
Nunca faltará aquel que haga el señalamiento clásico de que la Iglesia está llena de pecadores. A esto respondemos con las palabras del mismo Jesús en San Lucas 5:32: "Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se vuelvan a Dios."
Recuerden que la Iglesia no es Santa por los pecadores que están en ella. La Iglesia es Santa porque el que la fundó es Santo y está dirigida por El Espíritu Santo.