La Importancia de Discernir las Apariciones y la Veneración de los Santos
En este tema, exploraremos las advocaciones y abordaremos la situación de la falsa veneración a los santos.
Las apariciones son hechos sobrenaturales que no dependen de la voluntad humana, sino del designio de Dios. Para discernir si un hecho concreto es un milagro o una aparición verdadera, debemos esgrimir tres argumentos fundamentales.
Los Tres Argumentos para Discernir las Apariciones
- Argumento Histórico
Ante todo, es importante constatar con certeza la realidad objetiva del hecho que se relata. En el caso de una aparición, debemos preguntarnos: ¿es cierto que se ha aparecido la Virgen? La respuesta la nos dan los testigos de vista, examinados por separado y que darán testimonio de lo que han visto.
En la mayoría de los casos, los testigos no han visto a la Virgen, sino al o la vidente en posición extática. Han observado lo que hacía, lo que decía, cómo había comenzado y acabado el éxtasis, etc. Los jueces les harán infinidad de preguntas, a las que contestarán cada uno como sabe. Del conjunto y cotejo se sacará la conclusión. Si no hay consenso entre los testigos, o bien no hay datos suficientes para juzgar que el hecho fue tal como dicen, o este hecho no tiene nada de sobrenatural, la conclusión es negativa y no hay que pasar adelante.
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Argumento Filosófico
Se debe demostrar que aquel hecho no puede explicarse por las leyes naturales, por las fuerzas de la naturaleza creada. Y aquí, como en el caso anterior, se continuará la investigación o se suspenderá según el veredicto sea positivo o negativo.
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Argumento Teológico
El argumento teológico se basa en la naturaleza de lo sobrenatural. Es sobrenatural todo aquello que supera las fuerzas naturales. No es necesario que supere todo el orden de la naturaleza. Si lo superase, necesariamente aquel hecho sería divino, ya que solamente Dios puede alterar el orden total de leyes que Él ha impuesto al mundo creado.
La Importancia de No Confundir la Veneración a los Santos con la Aparición de Dios
En la actualidad, nos encontramos con que las apariciones en cuestión duran temporadas largas, con lo que las observaciones son posibles, los exámenes de los videntes en estado de éxtasis se pueden comprobar, los testigos son muchos y muy variados, las circunstancias que rodean el hecho global van variando… Todo esto permite un estudio detenido, en el que todos los fenómenos que se van produciendo, se han de examinar cuidadosamente.
Es importante recordar que Cristo es la revelación de Dios, como lo expresa el Papa en una ocasión: "Santos y apariciones, bien… Pero el centro de nuestra vida de fe debe ser Cristo. Este es el centro de nuestra vida: Jesucristo. Jesucristo que se manifiesta, se deja ver, y nosotros somos invitados a conocerlo, a reconocerlo, en la vida, en las muchas circunstancias de la vida, reconocer a Jesús, conocer a Jesús".
La Obra de Dios en Nuestra Vida
Para asegurarnos de que Jesús es el centro de nuestra vida, hay tres tareas fundamentales:
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Conocer a Jesús
Para conocer a Jesús está la oración, el Espíritu Santo, pero también está el Evangelio, que ha de ser llevado siempre con sí para leer un pasaje todos los días: "Es el único modo de conocer a Jesús".
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Adorar a Jesús
No sólo pedirle cosas y agradecerle. Y hay dos modos de adorar a Jesús: "la oración de adoración en silencio" y "luego quitar de nuestro corazón las otras cosas que adoramos, que nos interesan más. No, sólo Dios".
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Seguir a Jesús
Significa colocar a Jesús en el centro de nuestra vida. "Es simple la vida cristiana, es muy simple, pero necesitamos de la gracia del Espíritu Santo para que despierte en nosotros estas ganas de conocer a Jesús, de adorar a Jesús y de seguir a Jesús".