Santos descanonizados
Canonización y descanonización.
La canonización es un evento mediante el cual la Iglesia Católica declara que una persona fallecida es santa, presentándola como un ejemplo a los creyentes y como un intercesor ante Dios.
Para que una persona pueda ser declarada santa deben haber transcurrido al menos cinco (5) años desde la muerte, después de ello si se desea presentar una solicitud se debe presentar a la Santa Sede un informe sobre la vida y las virtudes de la persona que luego pasa a ser declarada Siervo de Dios. Luego se reciben testimonios de vida de las personas que conocieron al Siervo de Dios para posteriormente ser nombrado Venerable con la aprobación del Santo Padre; si después de esto se comprueba un milagro debido a su intercesión es nombrado Beato.
Finalmente si se comprueba algún milagro después de haber sido declarado Beato el postulante es Canonizado y el Santo Padre establece de forma oficial que esa persona es Santo y está en el cielo, por lo que desde ese momento se permite la veneración al santo asignándole un día de fiesta y permitiendo que se le puedan nombrar iglesias en su nombre sin ningún permiso especial.
Por tanto de acuerdo a lo expuesto anteriormente es imposible la “Descanonización” de un santo, debido a que al ser declarado Santo, esa persona ya goza de la presencia de Dios.
En este punto tal vez nos podríamos estar preguntando ¿Cómo hay entonces muchos santos que no aparecen en el Calendario General Romano? Esta confusión realmente surge en su mayoría a causa de los hermanos separados debido a que cuando el nombre del santo no aparece escrito en el Calendario General Romano dicen que fue descanonizado, pero para entender lo anterior es necesario comprender lo que significa el Martirologio Romano y como se constituyó el Calendario Romano General.
*Sobre El Martirologio Romano Y El Calendario Romano General.*
En el año de 1580 bajo la autoridad del Papa Gregorio XIII se nombró una comisión especial para formar un catálogo de Mártires, Santos y Beatos honrados por la Iglesia Católica (Martirologio Romano). Tras un arduo trabajo en el año de 1583 fue publicado el primer compendio titulado “ Martyrologium Romanum ad novam Kalendarii rationem et ecclesiasticae histórice veritatem restitutum, Gregorii XIII Pont. Max. iussu editum ”, precedido por el cardenal italiano César Baronio conocido por su labor como historiador.
En 1586 aparece una nueva versión “ Martyrologium Romanum cum notationibus Baronii ”, que contenía las fuentes utilizadas por el cardenal Baronio junto con un nuevo prefacio y notas aclaratorias. Después de múltiples reimpresiones y trabajos a lo largo de los años, en 1969 se ve la necesidad de revisar el Martirologio Romano debido a que existían muchos santos con culto restringido pertenecientes a casas reales europeas, santos de origen italiano y francés; además de santos de los cuales se sabía muy poco y muchos otros desconocidos por la Iglesia.
El 14 de febrero del mismo año, es emitido por parte del papa Pablo VI una nueva versión del documento, titulado “ Mysterii Paschalis ”; en donde se aplican reformas propuestas por el Concilio Vaticano II para la reducción del número de santos en el Martirologio Romano.
En consecuencia mediante el Calendario Romano General se pone en vigencia los decretos del concilio y se reorganiza el año litúrgico del Rito Romano de la Iglesia Católica excluyendo los nombres de algunos santos del Calendario General y otorgando permiso para restaurar los memoriales y veneración de otros santos en aquellas áreas con las que tradicionalmente se han asociado con el objetivo de permitir agregar los nombres de mártires de las regiones donde el Evangelio se difundió más tarde en la historia.
Otra finalidad importante del cambio del calendario es que la obra de la salvación, especialmente la del Misterio Pascual prevalezca por encima de las fiestas de los santos, por tanto las fiestas de los santos son consideradas como proclamaciones del misterio pascual evitando que ocupen el puesto de la celebración de los misterios del Señor. Como lo explicó en su tiempo el papa Pablo VI:
“ Con el paso de los siglos, hay que admitirlo, los fieles se han acostumbrado a tantas devociones religiosas especiales que los principales misterios de la redención han perdido el lugar que les corresponde. Esto se debió en parte al aumento en el número de vigilias, días santos y octavas, en parte a la superposición gradual de varias estaciones en el año litúrgico. ”
Entre las celebraciones excluidas del Calendario Romano General se encuentran santos muy destacados como:
● San Cristóbal : El Martirologio Romano cuenta que sufrió martirio en Lycia, siendo emperador Decio, pero más allá de su historia en la que carga a Jesús en sus hombros, no se conoce mucho. Su celebración se movió del 25 de Julio al 10 de Julio por la coincidencia con la celebración a Santiago Apóstol.
● Santa Úrsula : Se tiene poca información debido al deterioro de los documentos por su antigüedad. En cuanto a su historia no se sabe con certeza si la acompañaban 11 mil doncellas o si “el copista interpretó 11M como 11000 en vez de «11 mártires»
● Santa Filomena: Se encontraron unos restos junto a una placa rota con su nombre, la inscripción decía: “LUMENA PAXTE CUM FI”. Se cree que el orden de las letras fueron puestas en orden equivocado y que por lo tanto la forma correcta era PAX TECUM FILUMENA que significa: ¡paz sea contigo Filomena!. Al igual que
San Cristóbal no se tiene certeza de su historia a pesar de haber encontrado sus restos. Lo que se sabe de ella es gracias a unas revelaciones que recibieron tres (3) personas por intermedio de la santa en 1863 en respuesta a intensas oraciones para poder saber cómo ocurrió su martirio.
Sin embargo cabe resaltar que aunque el grupo de santos fue numeroso, estos no fueron descanonizados puesto que como ya se explicó anteriormente es imposible ya que la canonización afirma que el santo está en el cielo y en presencia de Dios.
A pesar de lo anterior y aunque la celebración de algún santo fuese removida del Calendario General Romano, no indica que la Iglesia no permita su celebración (como a San Cristóbal el 10 de Julio), de hecho en muchas partes se les venera y se les tiene como patronos.