Fundamento bíblico de la Santidad
A veces olvidado y frecuentemente malentendido, tema de la santificación bíblica sirve como el cimiento para encontrar el sentido de relación con Dios, la base bíblica comprehensiva para la santificación así como sus implicaciones para la vida del cristiano, tanto temporal como eternamente.
La Iglesia no puede contar la cantidad de santos en el cielo ya son innumerables. Solo se consideran para canonización unos pocos que han vivido la santidad en grado heroico. La canonización es para el bien de nosotros en la tierra y en nada beneficia a los santos que ya gozan de la visión beatífica (ven a Dios cara a cara). Los santos en el cielo son nuestros hermanos mayores que nos ayudan con su ejemplo e intercesión hasta llegar a reunirnos con ellos.
Los primeros santos venerados fueron los discípulos de Jesús y los mártires (los que murieron por Cristo). Mas tarde también se incluyó a los confesores (se les llama así porque con su vida «confesaron» su fe), las vírgenes y otros cristianos que demostraron amor y fidelidad a Cristo y a su Iglesia y vivieron con virtud heroica.
La devoción a los santos es una expresión de la doctrina de la Comunión de los Santos que enseña que la muerte no rompe los lazos que unen a los cristianos en Cristo. Los Protestantes rechazaron la devoción a los santos por no comprender la doctrina de la comunión de los santos.
El Nuevo Testamento emplea una variedad de términos/expresiones que se refieren a los creyentes en el Señor Jesucristo. El más usado frecuentemente en la terminología contemporánea es “Cristiano” (Christianos). Sin embargo, este nombre aparece en las Escrituras sólo tres veces (Hechos 11:26, 26:28; 1 Pedro 4:16). La connotación precisa (positiva o negativa) permanece incierta; de cualquier manera, se aplica solamente a aquellos que han creído y seguido el camino de Cristo Jesús.
Un término favorito empleado en los Evangelios y Hechos es el de “discípulo” (mathetes), que aparece más de 250 veces, con mayor frecuencia es usado en relación a aquellos que seguían a Cristo. De su conexión con “Cristianos” en Hechos 11:26, se puede concluir que el uso de “discípulo” precedió al de “Cristiano” y, más importante todavía, definió al Cristiano como a un auténtico discípulo de Cristo.
En todo el Nuevo Testamento la imagen de familia espiritual de el “nuevo nacimiento” es insinuada por el uso frecuente de “hermano” (adelphos) y la rara aparición de “hermana” (adelphe, Filemón 2; 2 Juan 13) en referencia a una relación espiritual en Cristo. Otra expresión llamativa es “esclavo” (doulos) en contraste a Cristo como “Señor” (kurios). 1.
Cada uno de los cuatro términos mencionados arriba parecen más bien apropiados y obvios. Sin embargo, una referencia adicional a un creyente es “santo” (hagios). Es el más sorprendente, el más intrigante y el menos reconocido. Escasamente usado en los Evangelios y Hechos, “santo” es el término preferido en las epístolas y Apocalipsis.
El concepto de “santo” o “santificado” sirve en la Biblia como si fuera un sujetador de libros. “Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó…” (Gén. 2:3). “…Que el que es santo siga guardándose santo” (Apoc. 22:11). Yendo más al punto, Dios ordenó a Moisés, “…Seréis santos porque yo, el Señor vuestro Dios, soy santo” (Lev. 19:2) y Pedro repite el mandato, “sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: SED SANTOS PORQUE YO SOY SANTO” (1 Pedro 1:15-16). Esta idea de “ser separados de”, “dedicados a” y/o “santos” impregna toda la Escritura, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos. Un escritor fue mucho más lejos al declarar efusivamente: “’Santificación’ es una de las palabras más resplandecientes en nuestro vocabulario cristiano y la doctrina neotestamentaria de la santificación es uno de los distintivos supremos de nuestra fe cristiana”.
Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.
Rom. 8:28-30
…estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
Fil. 1:6
Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es. Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como El es puro.
1 Juan 3:2-3
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída y para presentaros sin mancha en presencia de su gloria con gran alegría…
Judas 24
Presente
2 Cor. 7:1
“Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.
Fil. 2:12
“Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor…”
Futuro
Heb. 12:23
“a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios, el juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos,…”
Rom. 13:11
“Y haced todo esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertaros del sueño; porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando creímos”.
1 Tes. 5:23
“Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
Comienza con la salvación continúa al creyente crecer en Cristo; por tanto es progresiva
· Juan 17:17 “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad”.
· Rom. 6:19 “Hablo en términos humanos, por causa de la debilidad de vuestra carne. Porque de la manera que presentasteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y a la iniquidad, para iniquidad, así ahora presentad vuestros miembros como esclavos a la justicia, para santificación”.
· Rom. 6:22 “Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna”.
· Apoc. 22:11 “Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro siga siendo impuro, que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo”.
Finalmente será perfeccionada en la Segunda Venida de Cristo
· 1 Tes. 3:13 “a fin de que El afirme vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos”.
· 1 Tes. 5:23 “Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.