La Promesa de Dios a Abraham
Dios se revela a Abraham y le promete una descendencia como las estrellas del cielo, como las arenas del mar, y que por su fe serán bendecidas todas las naciones del mundo (Génesis 22:16-18). Dios jura por sí mismo que por haber hecho esto, por no haberle negado a Abraham su hijo, su único hijo, le colmará de bendiciones y acrecentará muchísimo su descendencia.
Abraham engendra a Isaac, y este a Jacob, a quien luego se le cambia el nombre por Israel (Génesis 32:28). Jacob, ahora Israel, tuvo 12 hijos con sus dos esposas. De ellos, José sería vendido por sus propios hermanos como esclavo y fue llevado a Egipto, donde después de ser encontrado hombre fiel a Dios y sabio, es puesto segundo en Egipto solo detrás del Faraón.
La Esclavitud en Egipto
Luego de la muerte de José y del Faraón, gobierna un Faraón que no conocía de José y, por celos y temores de cómo crecía el pueblo de Israel, los esclaviza (Éxodo 1:13-14). 400 años de esclavitud vivió el pueblo de Israel, y después de un evento en que se buscaba exterminar a los varones nacidos de Israel, arrojándolos al río para matarlos, y con ello evitar que siguiera creciendo el pueblo de Israel.
Sin embargo, nace un niño de la familia de Leví, que es puesto en una cesta sobre el río, y la cesta llega a la orilla donde se encuentra la hija del Faraón, quien lo recoge y adopta en su palacio. Este niño es llamado Moisés, quien años más tarde toma conciencia de su origen y mata a un egipcio. Huye de su país a tierras de Madiam, donde se casa con Séfora y se dedica al pastoreo.
Dios se Manifiesta a Moisés
Es ahí donde Dios se le aparece mediante una zarza que arde pero no se consume, y Dios le indica que debe volver a Egipto a liberar a su pueblo. Con muchas dudas y temores, pero con la fuerza de Dios, Moisés se presenta ante Faraón y le pide llevar su pueblo al desierto para adorar a Dios, pero Faraón se negó.
La Pascua Judía
A partir del capítulo 12 del Éxodo se nos presenta la Pascua Judía. El nombre viene del arameo: pasha, y se relaciona con el «pasar de largo» de Yahvé, quien según Éxodo 12:13-23, en la noche que mató a los primogénitos de Egipto, pasó de largo por las casas de los israelitas porque los dinteles y las dos hojas de las puertas estaban rociados con la sangre del cordero pascual.
La Pascua Judía es un rito que se explique: Este es el sacrificio de la Pascua de Yahvé, quien pasó de largo (o saltó) por las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a los egipcios y salvó nuestras casas.
Cristo, el Cordero de Dios
Es interesante cómo Dios manda el sacrificio del cordero, macho sin defecto (Éxodo 12:5). Se da en la fiesta de los ácimos, referencia que también encontramos en Éxodo 12:15, donde se manda a comer los panes sin levadura o ácimos. El cordero pascual es la prefigura de Cristo, el Cordero de Dios inmaculado, que quiso sacrificarse en la cruz por nosotros y se nos ofrece como alimento (pan sin levadura) en la Eucaristía.
La Pascua Eterna
En Éxodo 12:24, Dios pide como mandato, como ley perpetua para los hijos de Israel que se observe éste rito. Ahora ya es más fácil ver la prefiguración de Cristo en la Pascua Judía, y más aún el sacrificio de Cristo por una sola vez y para siempre.
La Eucaristía, Sacrificio de Cristo
Jesús en su última Pascua dice: "Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios" (Lucas 22:15). Jesús se presenta como el Cordero de Dios, que se sacrifica por nosotros, ese cordero de Dios que quita el pecado del mundo, ya no en un sacrificio que se debe realizar en sangre y pecado, porque así fue realizado, en Cristo, por cargar con nuestros pecados y derramando su sangre preciosa por nosotros, en la Pascua eterna realizada en él.