Ser católico a la manera de Cristo
La expresión "católico a mi manera" puede generar confusiones y problemas. Veamos algunos de ellos:
Un contrasentido
Según el Diccionario de la Real Academia Española, creer es dar firme asenso a las verdades reveladas por Dios. Si alguien dice creer y pretende incluir su propio parecer o voluntad, se está contradiciendo. La acción de creer consiste en dar asenso firme a las verdades reveladas por Dios, no en imponer nuestra propia opinión.
Incoherencia
Cuando alguien dice ser católico pero no lo es, se está planteando una incoherencia. La fe católica no es algo que se pueda controlar o manipular a nuestro antojo. No podemos pedir a Dios lo que queramos y esperar que se nos conceda sin hacer caso de sus enseñanzas.
Falta de sentido común
Si nuestra guía de conducta es "a mi manera", debemos sopesar el riesgo de cometer errores y pecados. El sentido común nos dice que debemos seguir las enseñanzas de Cristo y no imponer nuestras propias opiniones.
Contradicción con la voluntad de Cristo
Cristo nos enseñó que no basta con creer en Él, sino que debemos hacer Su voluntad. No podemos seguir nuestra propia opinión y esperar que Cristo nos acepte. La voluntad de Dios es lo que importa, no nuestra propia voluntad.
No abandonar la Iglesia
Aunque muchos puedan abandonar la Iglesia, debemos seguir siendo católicos y seguir las enseñanzas de Cristo. La Iglesia es la comunidad de fe que nos ayudará a crecer en nuestra fe y a seguir a Cristo.
La importancia de la fe profunda
La fe profunda, la fe interior, es la que nos permite reorientar nuestros comportamientos y hacer que la redención se haga efectiva en nuestra existencia. Debemos trabajar en nuestra fe para que sea fuerte y profunda.
La pérdida de los Sacramentos
Los católicos que se han convertido en protestantes han perdido la oportunidad de participar en los Sacramentos, especialmente la Reconciliación y la Sagrada Eucaristía, que nos santifican. Debemos valorar los Sacramentos y no abandonarlos.
Manteniéndonos fieles a Cristo
Lo que nos mantiene en la Iglesia es nuestra fe en Cristo, no la opinión de los curas o religiosos. Debemos activar nuestra fe y compartirla con los demás para evitar que la gente pierda la fe por el mal ejemplo de algunos.
Ser católicos comprometidos
Debemos ser católicos comprometidos con la Iglesia de Cristo fundada en Pedro. Debemos trabajar en nuestra fe para que sea fuerte y profunda y compartirla con los demás. Solo así podemos seguir a Cristo y ser verdaderos católicos.