Los tres pilares de la fe cristiana
La fe católica se sustenta en tres pilares fundamentales que están estrechamente relacionados entre sí: la Biblia, la Tradición Apostólica y el Magisterio de la Iglesia. Cada uno de estos pilares es esencial para la comprensión y la vivencia de la fe cristiana.
La unión entre la Biblia, la Tradición y el Magisterio
La Constitución Dei Verbum establece que la Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia están unidos y ligados de manera que ninguno puede existir sin los otros (DV 10,3).
La interpretación auténtica de la Biblia
La interpretación auténtica de la Biblia se encuentra en la Tradición Apostólica y en el Magisterio de la Iglesia. El Espíritu Santo guía a la Iglesia en la interpretación de la Palabra de Dios, como se desprende de las palabras de Jesús a Pedro: "A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16,19).
La importancia de la Biblia y la Tradición en la vida de la Iglesia
La Biblia es el libro de las obras de Dios y de las palabras del Dios vivo. Es un texto humano, pero escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. La Tradición Apostólica y el Magisterio de la Iglesia han sido confiados el depósito de la fe, que son acogidos, comprendidos y aplicados a la vida por el Pueblo de Dios guiado por el Espíritu Santo.
La función de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia
La Sagrada Escritura proporciona apoyo y vigor a la vida de la Iglesia. Para sus hijos, es firmeza de la fe, alimento y manantial de vida espiritual. La Iglesia exhorta a la lectura frecuente de la Sagrada Escritura, pues "desconocer la Escritura es desconocer a Cristo" (San Jerónimo).
La confianza en el depósito de la fe
El depósito de la fe ha sido confiado por los Apóstoles a toda la Iglesia. Todo el Pueblo de Dios, con el sentido sobrenatural de la fe, sostenido por el Espíritu Santo y guiado por el Magisterio de la Iglesia, acoge la Revelación divina, la comprende cada vez mejor y la aplica a la vida.
La palabra de Dios en la Tradición y en la Sagrada Escritura
La Constitución Dei Verbum afirma que la Tradición y la Sagrada Escritura constituyen el depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia. Fiel a dicho depósito, el pueblo cristiano entero, unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica. La Sagrada Escritura no es solamente punto de referencia para la Iglesia, sino que es la "suprema norma de su fe" que proviene de la unidad que el Espíritu ha puesto entre la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia en una reciprocidad tal que los tres no pueden subsistir de forma independiente.