¿Qué significa ser la Iglesia católica?
La Iglesia católica en la historia y el presente
La Iglesia de Dios, Uno y Trino, es católica. La palabra "católica" significa "universal" en el sentido de "según la totalidad" o "según la integridad". La Iglesia es católica en un doble sentido:
Es católica porque Cristo está presente en ella. "Allí donde está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica" (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Smyrnaeos 8, 2). En ella subsiste la plenitud del Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza (cf Ef 1, 22-23), lo que implica que ella recibe de Él "la plenitud de los medios de salvación" (AG 6) que Él ha querido: confesión de fe recta y completa, vida sacramental íntegra y ministerio ordenado en la sucesión apostólica. La Iglesia, en este sentido fundamental, era católica el día de Pentecostés (cf AG 4) y lo será siempre hasta el día de la Parusía.
Es católica porque ha sido enviada por Cristo en misión a la totalidad del género humano (cf Mt 28, 19).
La importancia de entender la historia y la evidencia literaria
Nuestros hermanos no cristianos o protestantes de la Fe Cristiana a menudo emplean vocabulario y palabras no comunes para sustentar sus argumentos. Las palabras más utilizadas por ellos son:
- Iglesia primitiva
- Comunidad de creyentes
- La Iglesia de los apóstoles
Es por ello que en nuestra exposición hemos querido utilizar estas mismas palabras para cuando se encuentren en necesidad de defender su pertenencia a la Iglesia Católica, lo hagan con la mayor propiedad y elevado sentido de conocimiento.
La respuesta al título de nuestro tema
A la respuesta del título de nuestro tema, la contestación es un rotundo: sí. Fue a la asamblea que recibió Pentecostés, la cual formó asambleas por toda la región y luego hasta los confines del mundo, a la cual llamaron cristianos en Antioquia y a su vez se le identificó como católica.
La importancia de la Iglesia católica y apostólica
Así como Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2, 5), así la Iglesia Católica es la única Iglesia que conduce a Jesucristo, puesto que ella sola fue fundada por Él, para continuar su obra. Ella sola recibió al Espíritu Santo y la promesa de ser asistida por Él hasta el fin del mundo (Hechos 1, 8; Mateo 28, 20); ella sola es "la Iglesia del Dios viviente, columna y sostén de la verdad" (I Timoteo 3, 15); ella sola es la Iglesia de la cual habla la Biblia. Separarse de ella es renunciar a Cristo.
Es importante destacar que Cristo, Pontífice y Sacerdote supremo del Nuevo Testamento (Hebreos 4 y 5), formó a los Apóstoles y les comunicó sus poderes. Los Apóstoles que son los enviados y depositarios exclusivos de la autoridad de Cristo, antes de morir dejaron sucesores legítimos, esto es, formaron otros presbíteros y obispos, a quienes dieron el poder y la misión de predicar conforme la Fe que ellos recibieron, predicaron y transmitieron (II Timoteo 2, 2). Desde el siglo I hasta el XXI, siempre la Iglesia Católica tuvo sacerdotes, obispos y papas. Ella sola tiene esta sucesión apostólica legítima.
San Pablo escribe a su discípulo, el obispo Tito: "Te he dejado en Creta (isla griega) para que arregles las cosas que faltan y para que constituyas presbíteros en cada ciudad como yo te ordené" (Tito 1, 5). Los presbíteros son los sacerdotes. El mismo San Pablo dice a los fieles de la ciudad de Corinto: "Os alabo porque observáis las tradiciones conforme os las he transmitido" (I Cor. 11, 2). "Mantened firmemente las tradiciones en que fuisteis adoctrinados, ya sea de viva voz ya sea por carta nuestra" (II Tesalonicenses 2, 15).
A pesar de que podemos extender este tema en un sin número de subtemas, lo hemos querido mantener lo más simple posible para que pueda ser utilizado en cualquier tipo de situación o argumentación.